Comer zanahorias no mejorará nuestra agudeza visual, como se cree popularmente, pero sí disfrutaremos de muchas otras ventajas que convierten este alimento en un producto fundamental de la dieta.
Por ejemplo, muchos estudios han evidenciado que incluir las zanahorias en la dieta tiene efectos anticancerígenos debido a su poder antioxidante en la reducción de los radicales libres en el organismo.
El origen del mito
Incluso siendo consumidores frecuentes de zanahorias, como lo era el personaje de dibujos animados Bugs Bunny (cuyo doblador, por cierto, odiaba las zanahorias y debía morderlas y escupirlas para fingir el sonido) no mejorará nuestra agudeza visual ni tampoco conseguiremos mejorar nuestra visión en la oscuridad.
Si bien es cierto que un déficit de vitamina A puede ocasionar ceguera nocturna, las zanahorias no proporcionan demasiada vitamina A, y mucho menos si las comparamos con los arándanos, las espinacas y otras verduras de hoja verde oscuro. Entonces ¿por qué está tan arraigada la relación entre una buena vista y el consumo de zanahorias?
En realidad todo nació a raíz de un bulo que el Gobierno británico difundió para obtener una ventaja estratégica durante la Segunda Guerra Mundial. Fue cuando el capitán John Cunningham, que dirigía su escuadrón 604 por la noche, empezó a usar el recién desarrollado sistema de radar por aire. El dispositivo era secreto, así que, para explicar lo bien que el escuadrón se desenvolvía en la oscuridad, se propició el rumor de que Cunningham era capaz de ver en la oscuridad gracias al consumo de zanahorias.
Aliado contra el cáncer
Pero las zanahorias, lejos de mitos militares, sí nos pueden aportar grandes beneficios.
Por ejemplo, proporcionan una dieta rica en betacaroteno, lo que desempeña cierta protección contra el cáncer de próstata, según un estudio realizado por el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
El riesgo de cáncer de mama en las mujeres antes de la menopausia también parece reducirse si se consumen frutas y verduras que contienen betacaroteno. También se reduce el riesgo de cáncer de ovarios tras la menopausia.
El zumo de zanahoria también contribuye a eliminar las células de la leucemia e inhibir su progresión en el organismo, según otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Arkansas en el año 2011. El secreto, de nuevo, reside en los antioxidantes del betacaroteno y poliacentileno.
Y, según otro estudio, los fumadores que no consumen regularmente zaharonias tienen tres veces más riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que los fumadores que consumen zanahorias una vez por semana. También parece prevenir la bronquitis y la dificultad para respirar en los fumadores.
De estos estudios no debe desprenderse que las zanahorias curen el cáncer, sino que, en algunos casos pueden prevenirlo o reducir alguna de sus consecuencias. Y tampoco obtendremos mayores beneficios si ingerimos grandes cantidades de zanahorias o suplementos vitamínicos con betacaroteno: basta con que el consumo de esta hortaliza sea de una vez o dos por semana, mientras que el consumo de suplementos debería consultarse con nuestro médico.
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