Hay un susto por el que han pasado casi todos los padres: los golpes en la cabeza de los niños, un hecho que siempre plantea preocupación y dudas. Por ello, es importante saber actuar y conocer las posibilidades y recursos antes de que llegue el momento.
Ante todo no hay que optar por preocuparse y dejarse llevar por el susto del momento, cuando un niño se ha caído jugando o caminando es imprescindible mantener la calma y transmitírsela.
Los traumatismos craneales son comunes en los más pequeños y lo más importante cuando ocurre es estar atento al menor durante las siguientes 72 horas para poder observar si existe algún comportamiento o señal extraña. En este tiempo, se puede dejar al niño dormir con normalidad, aunque si es aconsejable despertarle cada par de horas para comprobar su estado físico.
¿Cómo actuar cuando un niño se ha golpeado la cabeza?
Una vez el niño se ha caído o dado un golpe en la cabeza hay que comprobar que está consciente y responde con normalidad a los estímulos. Y después observar dónde se ha dado el golpe y cómo se ve esa zona, ya que ahí será el momento de detectar si se trata de una herida sangrante, en ese caso es importante descartar que haya algún cuerpo extraño en la herida y después proceder a curarla, o si se trata de un hematoma.
En el caso de que se trate de esta segunda opción lo más recomendable es aplicar frío a la zona afectada mediante por ejemplo un paño con hielos; y ya al día siguiente alternarlo con calor para que baje la inflamación. Y siempre teniendo presente que el niño se ha podido golpear en otras zonas además de en la cabeza.
Sin embargo en otras ocasiones el golpe puede ser más grave. Para detectarlo bastará estar atento al comportamiento del niño durante las siguientes horas y especialmente a si sufre dolores de cabeza fuerte, sangra por zonas que no han sido afectadas en el golpe (por ejemplo los oídos o la nariz), se marea o tienes problemas para hablar con normalidad. En esos casos se deberá acudir a un médico para un examen más profundo del estado del menor.
Es común que los niños se caigan y se den golpes y es algo casi imposible de evitar, por ello es relevante saber cómo actuar ante cada situación y poder responder de forma rápida si se trata de una lesión más grave que un moratón, una herido o un chinchón.
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