No son muy comunes, pero muchos expertos señalan que van en aumento. Las alergias en Odontología suelen ser a los materiales que se emplean; pero como no suelen ser problemas muy generalizados, no se suelen sustituir por materiales de otro tipo a nivel general. Sólo se buscan alternativas cuando se sabe de la hipersensibilidad del paciente a alguno de ellos. Por ello, si tienes alergia a algún componente que se emplea en las consultas de los dentistas, lo mejor es advertirlo desde la primera visita.
¿Qué es una reacción alérgica?
Las reacciones alérgicas en general son una afección bastante común entre la población. Se trata de sensibilidades a diferentes sustancias, conocidas como alérgenos, cuando entran en contacto con los ojos, la nariz, la piel, las vías respiratorias y el tubo digestivo. Pueden ser leves, pero también hay casos graves en los que los afectados corren peligro de muerte. La anafilaxia o el shock o choque anafiláctico es el síntoma o la forma más grave de alergia, puesto que se produce en muy poco tiempo, puede empeorar rápidamente y llevar a la muerte en 15 minutos.
Normalmente, las alergias suelen ser hereditarias, con varios casos en el seno de una misma familia. Cuando la persona alérgica se encuentra por primera vez con el agente alergénico, suele tener una reacción más bien leve. Es en el segundo cruce con el alérgeno cuando el cuerpo reacciona de forma más fuerte, puesto que el sistema inmune ya está alerta, es decir, la persona está sensibilizada al contacto con ese compuesto.
Principales alergias en Odontología
Algunos dispositivos, materiales y utensilios que se emplean en las consultas de los dentistas pueden provocar reacciones alérgicas. Los que generan más casos de alergia son:
Anestesia local
Aunque no son muy comunes, hay pacientes que sufren reacciones alérgicas a la anestesia que se emplea para los tratamientos bucodentales. Pueden ser en forma de dermatitis, pero también una respuesta anafiláctica, que son más graves porque dificultan la respiración normal. Además, dependen del tipo de medicamento empleado, con algunos que provocan más casos de alergia -los de tipo éster- y otros que generan reacciones alérgicas en raras ocasiones -los de tipo amida-.
En general, los pacientes que resultan ser alérgicos o tener hipersensibilidad a los fármacos para la anestesia local suelen padecer eritema, prurito, urticaria, dermatitis exfoliativa -descamación-, edema oral o facial. Se estima que una cuarta parte de los casos suelen desencadenar problemas para respirar y posible muerte.
Látex
Más allá de los conocidos guantes de látex que emplean los profesionales médicos, hay mucho instrumental y diversos materiales en la consulta de los odontólogos que pueden llevar este compuesto o estar en contacto con él. Según un artículo que publica el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomátologos de la I Región (COEM) en su revista Científica Dental, pueden contener látex los tampones de la medicación, como los carpules de las anestesias o el émbolo negro de las jeringuillas.
El instrumental de mano que emplean los dentistas para realizar reparaciones de piezas dañadas también puede contener látex, así como el material que se emplea para la obturación -restauración de la anatomía de un diente tras una caries o rotura- o sus envases.
Las copas de profilaxis, que emplean los dentistas para el pulido de la superficie dentaria, también llevan látex, además de algunos tratamientos de ortodoncia, por ejemplo los que llevan elásticos con látex. Incluso, muchas partes de los equipos que se emplean en la consulta del odontólogo –boquillas de aspiración, mangueras o conducciones de agua de los dispositivos-, pueden contener látex, entre otros.
En las reacciones alérgicas al látex, cuando se producen de manera inmediata -entre un minuto y una hora posterior al contacto-, suelen ser en forma de urticaria, rinitis, angioedema, crisis asmática o choque anafiláctico; mientras que cuando aparecen más tarde -entre 24 y 96 horas más tarde-, lo más habitual son las dermatitis por contacto, erupción cutánea, vesículas y ampollas.
Las proteínas del látex, el talco, el almidón de maíz o, incluso, aditivos químicos durante la fabricación de los productos suelen ser los alérgenos que provocan las reacciones más rápidas. Las alergias de que se manifiestan más tarde se deben a los aditivos químicos que se emplean al manufacturar los productos con látex.
Materiales de impresión
Para hacer un molde exacto de nuestra boca, los dentistas emplean materiales de impresión. Tener alergia o algún grado de hipersensibilidad a estos productos es raro, pero puede darse. Los compuestos que más casos han provocado son los poliésteres, por su ester de sulfuro aromático. Los signos que pueden alertar al odontólogo de que el paciente está sufriendo una reacción alérgica son prurito, ardor o enrojecimiento de la mucosa.
Primers o adhesivos dentales
Los primers dentales o llamados en castellano adhesivos se emplean para que la superficie dental pase de ser hidrofílica -que tiene afinidad por el agua- a hidrofóbica -que repele el agua- con el fin de conseguir que se una la resina adhesiva, empleada, por ejemplo, para reparar un diente cariado, roto o astillado. Pues bien, estos materiales pueden desatar reacciones alérgicas. Se producen cuando esta sustancia entra en contacto con la piel o con la mucosa, pudiendo provocar dermatitis.
Resinas
Los dentistas emplean resinas -acrílicas y compuestas- para, por ejemplo, fijar prótesis. Estos materiales pueden desatar reacciones alérgicas en la mucosa oral, casos en los que se habla de estomatitis protésica por contacto -afección tipo inflamatorio de la mucosa oral que se encuentra en contacto con una prótesis-. Los síntomas son dolor en los tejidos que han estado en contacto con el alérgeno, que quedan enrojecidos y edematosos, con sensación de ardor, prurito y alteración del gusto.
Metales
Para los aparatos de ortodoncia y los dispositivos de prostodoncia -tratamiento con prótesis de los dientes y otras estructuras alteradas o perdidas, como los puentes-, se emplean metales como platino, níquel, cobalto y cromo. El peligro de estos materiales es que pueden desatar dermatitis alérgica de contacto. El níquel -el metal más alergénico- puede llevar a inflamación y fisuras de los labios, eczema crónico de mejillas y manos o edema de párpados.
Como siempre, lo mejor es prevenir. Así que, como hemos indicado, si ya has tenido algún episodio de reacción alérgica en algún procedimiento médico, debes indicárselo también al dentista, para que lo tenga en cuenta a la hora de tratar tus problemas bucodentales. De esta forma, te evitarás cualquier episodio alérgico y el tratamiento se realizará sin problemas y surtirá el efecto tal y como estaba previsto.
Fotos / iStock / santypan / danchooalex / Lighthaunter
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