¿Qué es la hiperplasia benigna de próstata? Se trata de un agrandamiento de la próstata, glándula del aparato reproductor masculino, encargada de la producción del fluido que acompaña a los espermatozoides. Se localiza rodeando la uretra o conducto entre el exterior y la vejiga.
El incremento de tamaño de la próstata suele producirse con el paso del tiempo. También suele incluirse dentro de este cuadro clínico, la próstata hipertrófica. El problema que presenta esta dolencia es la constricción de la uretra por compresión. Si bien, no tiene nada que ver con el cáncer de próstata.
Algunos síntomas propios de la dolencia son pérdidas involuntarias, escozor, necesidad constante de orinar, micción intermitente o vacilante, disminución del chorro urinario, dolor, molestias, nicturnia (levantarse varias veces a orinar de noche), goteo tras orinar, micción incompleta, retención de orina, hematuria (presencia de sangre en orina) o incontinencia, entre otros.
El láser prostático
Se trata de una técnica innovadora desarrollada en Estados Unidos (Clínica Mayo), que se practica desde 1998. Los resultados demuestran que el método es seguro, cómodo y eficaz.
Se utiliza un láser de alta potencia que se aplica a través de un cistoscopio de pequeño grosor. El líquido de irrigación es agua estéril.
La luz del láser tiene un alto nivel de absorción del tejido prostático, pero muy bajo de agua. De esta forma, se produce la vaporización, eliminando los tejidos de forma definitiva con un sistema de irrigación continua.
Las complicaciones que pueden surgir son mínimas, y mucho menores que con otras técnicas.
Se trata de una técnica más cómoda y menos invasiva que otros tipos de cirugía tradicional, y está especialmente diseñada para los varones con hiperplasia benigna de próstata.
Con el láser prostático es posible limpiar la obstrucción en el canal de micción, sin necesidad de una intervención abierta, lo que favorece la rápida recuperación.
Diagnóstico e intervención
– Diagnóstico
No obstante, antes de que el médico pueda aconsejar la realización de una intervención con láser prostático, resulta necesario realizar un estudio previo, en el que se realiza pruebas como la ecografía, la flujometría, el tacto rectal acompañadas de análisis de orina, análisis de sangre incluyendo PSA y urografía intravenosa, para el diagnóstico. Debe comprobarse, además, que se trata de la medida más adecuada para el paciente.
– Desarrollo de la intervención
Es un tipo de intervención que se realiza en el quirófano, en general, con anestesia epidural. La hospitalización no suele exceder de 24 horas, si bien, la duración de la intervención puede variar entre pacientes.
La intervención consiste en la introducción de una pequeña fibra por la uretra, transmitiéndose de esta forma energía láser de alta potencia. En concreto, una luz verde de 120 W, capaz de vaporizar entre 2 y 3 gramos de tejidos blandos por minuto. El láser verde no es el único láser utilizado, también están los láser de Holmio y Tulio, ampliar la información o quitar lo remarcado.
De esta manera, además de eliminarse la obstrucción por vaporización selectiva del tejido prostático, impulsando la luz endoscópicamente a través del dispositivo óptico especial, por fotocoagulación selectiva se evita el sangrado, sin irritaciones, ni necrosis profundas. Con todo ello, la recuperación es muy rápida, siendo posible que no se necesite sonda, o que se elimine a las pocas horas.
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El láser, o la cirugía en general, se plantean en los casos de obstrucción severa que afecta a la vida normal de la persona. O bien, en los casos en que existe intolerancia de medicamentos.
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