Las campañas de concienciación han hecho que cada vez tengamos más presente la necesidad de evitar los efectos negativos de la radiación solar. Los rayos ultravioleta no solo causan manchas en la piel y provocan su envejecimiento prematuro. Además, están directamente relacionados con el cáncer de piel, el tumor más frecuente de todos cuantos se diagnostican en el mundo.
No obstante, todavía se cometen errores básicos a la hora de aplicar los fotoprotectores. Esta es la manera correcta de hacerlo.
No solo en verano
Aunque en los meses de verano haga más calor y el sol brille con más intensidad, lo cierto es que sus rayos son dañinos durante todo el año. De esta forma, las medidas fotoprotectoras han de ponerse en práctica de enero a diciembre, aunque hagamos más hincapié en verano porque, además, nuestra piel está más expuesta.
Asimismo, hay que incorporar el protector solar a nuestra vida diaria y no dejarlo únicamente cuando vamos a la playa o a la piscina.
Cantidad de crema solar
Uno de los errores más frecuentes en la aplicación de la crema solar es poner una cantidad insuficiente o dejarse zonas libres de producto. El fotoprotector ha de extenderse generosamente por toda la superficie cutánea y debe hacerse de forma uniforme, asegurándose de alcanzar todas las áreas, incluyendo la nariz, las orejas, los empeines de los pies, el dorso de las manos, el cuello, los hombros… y la calva en el caso de los varones que vayan rasurados o tengan alopecia.
La recomendación general indica que se debe aplicar una cantidad de aproximadamente 30 ml en todo el cuerpo; lo que equivale al tamaño de una pelota de ping-pong.
Reaplicaciones
La crema solar, incluso la resistente al agua, se queda impregnada en la ropa, las toallas, el agua, la arena… por eso es necesario repetir la aplicación del fotoprotector cada dos horas o incluso con intervalos menores si se suda mucho, si se está haciendo deporte y también después de cada baño.
Factor de protección adecuado
Buena parte de la población usa una crema solar con un índice de protección demasiado bajo o directamente dejan de aplicarse crema solar una vez que ya están bronceados. El factor de protección solar, el número que figura al lado de las siglas SPF o FPS, no está relacionado con el nivel de bronceado, sino con el tiempo que podemos estar expuestos al sol sin sufrir quemaduras. De esta forma, cuanto menor sea el SPF, menos margen de tiempo tenemos.
Por el contrario, alguien que use un fotoprotector adecuado irá bronceándose progresivamente, pero no se quemará.
Cosméticos ¿antes o después?
La duda acerca de aplicar primero el fotoprotector o dejarlo para el final de las rutinas diarias del cuidado de la piel es recurrente.
La respuesta a esta cuestión es que la crema solar ha de aplicarse al principio sobre la piel limpia y seca, ya que es la única forma de que sus filtros no pierdan eficacia ni se mezclen con los principios activos de otros productos cosméticos. Podemos usar fotoprotectores que incorporen color, de forma que en una única aplicación conseguimos hidratación de la piel, protección solar y efecto de maquillaje, que resulta además muy natural.
Actualmente, las cremas fotoprotectoras han perfeccionado sus formulaciones logrando filtros muy potentes en texturas ligeras, libres de aceites que no aportan brillos ni grasa, de manera que pueden usarse sobre el resto de productos propios de los cuidados habituales de la piel.
Otra buena solución es escoger cremas faciales, bases de maquillaje y polvos de sol que lleven protección solar incorporada y usarlos durante todo el año.
Cada año se diagnostican en todo el mundo alrededor de tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma y otros 132.000 de melanoma. Afortunadamente, la gran mayoría de ellos se pueden prevenir con una fotoprotección adecuada, lo que incluye aprender a usar correctamente los filtros solares en crema.
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