El aislamiento social es un problema real durante la vejez, pero que podemos solucionar con pequeños gestos en favor de nuestros mayores. Te damos unas ideas para combatir la soledad durante la última etapa de la vida.
La degeneración física, una parte del problema
Según van pasando los años nuestro cuerpo se va deteriorando. Es normal que durante la vejez aparezcan problemas físicos como pérdida de visión y deficiencias auditivas, osteoporosis o diferentes dolores y dolencias. Todo esto afecta a las personas mayores en su estado emocional y termina por favorecer su aislamiento.
En este aspecto, la prevención es algo fundamental: mantenernos sanos realizando actividad física de forma regular a lo largo de toda nuestra vida y llevando una alimentación sana y equilibrada es la mejor forma de prevenir enfermedades crónicas y debilitantes en un futuro.
Por otro lado, animar a nuestros mayores a que sigan cuidándose, también en la tercera edad, les reportará beneficios a nivel físico y emocional. Acudir a un gimnasio o a un centro social donde hagan deporte un par de veces a la semana no solo les ayudará a mantenerse activos, sino que es una forma estupenda de forjar nuevas amistades y de ampliar su círculo social.
La depresión en la tercera edad
Los cambios físicos como las enfermedades degenerativas, y sociales, como la jubilación, pueden favorecer en las personas mayores la aparición de la depresión. Los tres aspectos de nuestra vida (físico, emocional y social) se afectan unos a otros, para bien y para mal. La parte buena es que influyendo en uno de ellos podemos cambiar los otros dos.
Hacer que nuestros mayores se sientan útiles realizando actividades adecuadas para su edad y aprendiendo cosas nuevas es una buena manera de evitar que caigan en una depresión. Además, con este tipo de actividades conocerán a otras personas en su misma situación con las que pueden compartir charlas y experiencias.
La familia también es un gran punto de apoyo a este respecto: visitar a nuestros mayores, ocuparnos de su bienestar, implicarles en los momentos importantes de nuestra vida y dejarles ver que no están solos es muy importante durante la tercera edad. El cariño de la familia es insustituible, y a nosotros nos da una oportunidad de entregar de vuelta todo lo que nos ha sido dado por su parte de forma desinteresada.
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