Septiembre es un mes perfecto para una visita a la playa: menos gente, más sitio en la arena, corre un poco más de aire y las temperaturas ya no son tan altas… y podemos pensar erróneamente que como ya no hace tanto calor no nos vamos a quemar. Pero debemos ser conscientes de que sigue siendo necesario protegernos de los rayos solares. Para que sepas elegir tu crema solar adecuada hemos elaborado esta pequeña guía, ¿cumple tu crema todos los requisitos?
El factor de protección adecuado
Una de las cosas más importantes a la hora de elegir un bloqueador solar es acertar con el factor de protección. Este está indicado por un número junto a las siglas FPS (factor de protección solar) y hace alusión al tiempo que podemos pasar al sol sin quemarnos después de aplicar el protector. Si con tu piel limpia comienzas a quemarte a los cinco minutos de aplicarte la crema, un protector con factor 10 te permitirá estar protegido diez veces más tiempo (50 minutos en total).
El FPS a elegir dependerá de dos cosas diferentes: por un lado, nuestro tipo de piel (clara u oscura) y por otro, el índice de radiación (en verano suele ser muy alto o extremo). Como guía general podemos decir que si tenemos la piel clara, en verano deberíamos usar una crema con FPS mayor a 50, y si tenemos la piel oscura deberíamos protegernos con una crema con FPS 30 o superior.
Los distintos rayos que emite el sol
Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de utilizar un bloqueador solar es el tipo de radiaciones de las que nos protege. Existen tres tipos de rayos ultravioleta que emite el sol: los rayos UVA, UVB y los infrarrojos, aunque solo los dos primeros penetran la capa de ozono. Nuestro protector debe ser de amplio espectro y contener siempre filtros UVA y UVB, y esto debe aparecer claramente descrito en el envase.
Los rayos UVA penetran la capa superficial y media de la piel, y son los responsables de las quemaduras en la misma. Los rayos UVB solamente penetran la epidermis, la capa más superficial, y son los responsables del bronceado; sin embargo, sus efectos son acumulativos con el paso de los años y son los responsables de la aparición del melanoma y cáncer de piel.
Tanto los rayos UVA como los UVB pueden traspasar la ropa y las nubes, y son reflejados por superficies como la arena y la nieve. Es por esto que debemos usar protección solar siempre, independientemente del clima.
Detalles a tener en cuenta
- Comprueba la fecha de caducidad de tu protector solar: es habitual utilizar las mismas cremas de un año para otro. Sin embargo, debemos asegurarnos de que se encuentran en perfecto estado para que no pierdan efectividad. En el envase debe aparecer la fecha de caducidad o la cantidad de meses que el producto sigue siendo efectivo tras haberlo abierto.
- Usa crema resistente al agua: renueva tu crema siempre que sea necesario y escoge una que sea resistente al agua para que te proteja también dentro del mar.
- Ponte la crema antes de salir de casa: el protector solar comienza a actuar unos 30 minutos después de haberse aplicado, por lo que es necesario que nos echemos la crema antes de salir de casa.
- Lugares clave a proteger: algunas partes del cuerpo generalmente olvidadas y que suelen quemarse con facilidad son las corvas (zona detrás de las rodillas), la parte superior de las orejas, la zona de la nuca y las axilas. ¡No olvides protegerlas!
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