Salud

Escapa del frío y la gripe: 3 trucos para evitarlos

Estamos en pleno otoño pero el invierno se acerca cada vez más, y con él llegan los resfriados y la gripe: la temida gripe.

No es nada nuevo, porque todos los años, y desde que tenemos memoria, hemos ido sufriendo más o menos catarros de este tipo y, en alguna ocasión, la gripe nos ha tenido en cama unos cuantos días. Ahora bien, que no sea nada nuevo no quiere decir que no sea molesto y por eso os vamos a dar 3 trucos para evitar el frío, los resfriados y la gripe.

No podemos decir que sean infalibles y que gracias a ellos no vais a coger ningún virus, pero sí podemos asegurar que es la mejor manera de prevenirlos y, en consecuencia, de minimizar el riesgo de caer enfermos este invierno.

1. Lleva unos hábitos saludables para tener las defensas activas

Muchas personas acuden a la farmacia para pedir algo que aumente las defensas (o en la farmacia te lo ofrecen), cuando la única realidad a este respecto es que el sistema inmunitario de cada persona depende, sobre todo, de los hábitos que lleve una persona. Tomar vitaminas, por ejemplo, sólo es útil si una persona tiene carencia de vitaminas. Si no, no va a suponer ninguna mejoría.

Los hábitos a los que nos referimos son:

  • Llevar una dieta equilibrada.
  • No ser excesivamente pulcros con todo (el exceso de higiene no es bueno).
  • No beber alcohol.
  • No fumar.
  • Tener una vida activa, haciendo deporte o ejercicio regular.
  • Ser feliz (evitar el estrés).

Siguiendo estos hábitos el sistema inmunitario está más activo y preparado para combatir los posible patógenos que intenten provocarnos una enfermedad.

2. Controla el frío y los cambios de temperatura

Seguro que si alguien os preguntara «¿por qué nos resfriamos más en invierno?» diríais «porque hace más frío y con el frío te pones malo». La respuesta no es incorrecta, pero tampoco puede decirse que sea correcta. Y es que el frío no es el culpable único de que cojamos virus, sino simplemente uno más de los actores promueven el contagio.

Hay países donde hace mucho, pero mucho frío siempre, incluso en verano. Si la ecuación «frío=enfermedad» fuera cierta, sería absurdo vivir ahí, porque estarían siempre enfermos. Pero eso no sucede, porque para enfermar hace falta que haya un virus que te provoque la enfermedad.

Cuando hace frío suceden dos cosas que promueven los contagios:

  • Abrimos poco o nada las ventanas, nos quedamos todos dentro de las casas, lugares o establecimientos donde hace calor y el aire no se renueva, y ahí, con más calor y el aire más quieto, la probabilidad de contagiarnos unos a otros es mucho mayor que en verano, cuando estamos más tiempo fuera, en espacios abiertos, o dentro con las ventanas abiertas.
  • Al salir a la calle, con los virus en nuestras vías respiratorias, el frío ayuda a enfermar. Lo hace al provocar vasoconstricción en la mucosa de la nariz, habiendo una menor presencia de leucocitos (defensas), y al hacer también que haya un menor movimiento de los cilios, que hacen de barrera para disminuir el paso de gérmenes al tracto respiratorio. En verano, aunque tengamos virus contagiados en nuestra nariz, sus defensas evitan que nos resfriemos.

Gripe y frío

Así que lo importante para evitar coger resfriados es:

  • Evitar siempre que sea posible estar en sitios donde el aire no se renueve lo suficiente, con calor y mucha gente, porque ahí el riesgo de contagio será más que evidente.
  • Evitar el frío en el tracto respiratorio: la gente pone mucho énfasis en sus pies y en sus manos, pero los virus no entran por los pies ni por las manos, así que aunque es importante llevar calzado adecuado y guantes, si hace mucho frío, lo es más utilizar una bufanda o similar, para que la nariz, sobre todo, no se enfríe demasiado.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura: son muy habituales cuando la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior es considerable, sin que necesariamente haga mucho frío en el exterior. Esos cambios provocan lo que hemos comentado en las defensas de nuestras vías respiratorias y aumentan el riesgo de enfermar.

3. Vacúnate de la gripe

Aunque es el tercer y último punto, el consejo de vacunarse de la gripe no es el menos importante, pero tampoco es el más importante, a menos que hablemos de personas mayores o en riesgo.

Si somos personas adultas sanas y lo único que vamos a hacer es ponernos la vacuna, obviando los dos primeros consejos, no conseguiremos mucho: una revisión de estudios concluyó el año pasado que la vacuna de la gripe en personas sanas no aporta demasiados beneficios, pues es necesario vacunar a 40 personas para evitar un caso de enfermedad tipo gripe y a 71 personas para evitar un caso de gripe.

Si hablamos de personas mayores, entonces sí es importante, porque otros estudios han evidenciado que la vacunación en personas mayores de 50 años puede reducir las hospitalizaciones hasta en un 61%.

Así que si creéis que la vacuna puede seros útil, no dudéis en contactar con vuestro servicio médico para que os informen y, si se considera oportuno, os la administren (y además, tened en cuenta los dos primeros puntos que hemos comentado).

También podéis consultar el calendario de vacunación