Las carillas son un procedimiento odontológico que busca enmascarar la superficie deteriorada o rota del frontal de los dientes para realizar así una mejora en su estética. En este caso, las carillas están hechas a partir de composite, una mezcla sintética de diversos elementos químicos con un uso principal en la odontología. Esta mezcla es resistente y rígida, además de tener un acabado muy similar a la dentina natural.
Entre los distintos usos que tienen las carillas de composite, se encuentra el de reemplazar un borde fracturado, aumentar el tamaño de los dientes, cerrar los distintos espacios que puede haber en tu dentadura o el de cambiar la forma de una pieza dental para darle otra más normativa.
¿Cómo se realizan las carillas de composite?
Primeramente, se debe tomar un registro de los dientes para tener una base con la que trabajar y desde la que construir. A partir de esto, se hace un diseño de la sonrisa acorde con los deseos del cliente y las opciones reales que el odontólogo sabe que existen.
Cuando el cliente y su dentista se ponen de acuerdo con la forma de los dientes que será dispuesta con las carillas de composite, se imprimen en 3D estos modelos para poder visualizar la futura forma de los dientes en formato físico y dar un punto de vista más completo del resultado que dará la intervención.
Si el cliente da el ok, se pasará a aplicar el composite sobre los dientes y a darle forma para llegar al diseño previamente acordado por dentista y cliente.
Pros y contras de las carillas de composite
Entre las distintas ventajas que ofrecen este tipo de carillas, destacan la facilidad y rapidez con la que se colocan, ya que en una sesión el odontólogo puede aplicar el composite y darle la forma deseada para que, al finalizar, el cliente salga con la boca ya arreglada.
Otra gran ventaja es su precio, ya que es significativamente más barata que aquellas carillas de cerámica y porcelana, por lo que es un tratamiento más asequible que otros que persiguen el mismo fin.
También es una ventaja la facilidad con la que las carillas de composite son reparadas, ya que cualquier fractura puede ser arreglada con la misma rapidez con la que se coloca, por lo que el mantenimiento es relativamente cómodo.
Pero, sin embargo, las mismas ventajas que ofrecen las carillas de composite acarrean unos contras innatos. Debido a la maleabilidad de este material, puede ser dañado si muerdes algún hueso, semilla, cáscara o alimento duro.
También es importante mencionar que la duración de estas carillas es inferior a otras realizadas con porcelana o cerámica, siendo su vida útil de entre 5 y 7 años, necesitando de una puesta a punto tras este período de tiempo.
Por último, hay que tener en consideración que, con el paso del tiempo, las carillas de composite van perdiendo tanto color como brillo, apreciando la diferencia con respecto al momento de su colocación.
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