A medida que nos hacemos mayores, los dientes se van oscureciendo. En muchas ocasiones, este proceso natural propio de la edad se ve acelerado por otros factores como la genética, una mala higiene bucodental, hábitos de vida poco saludables, golpes en los dientes o una enfermedad.
Sea por una preocupación por la salud de nuestros dientes o por el deseo de lucir una bonita sonrisa, o por ambas cosas, lo cierto es que desde hace un tiempo hay un creciente interés por tener los dientes más blancos. Sin embargo, el ahorro económico que puede suponer un blanqueamiento dental sin el asesoramiento y la supervisión de un experto puede derivar en efectos adversos no deseados que pongan en riesgo nuestra salud.
Cuidado con los blanqueamientos caseros
En los últimos años, en gran parte debido a la ingente cantidad de información no contrastada disponible en Internet, se ha extendido el uso de remedios caseros para blanquear los dientes. Uno de ellos es lavarlos con bicarbonato de sodio y limón, una mezcla que puede debilitar el esmalte y erosionar las piezas dentales. La razón está en que el ácido cítrico que contiene el limón afecta al esmalte (la parte externa del diente), mientras que el bicarbonato sódico es un abrasivo que va a aprovechar ese debilitamiento para eliminar las primeras capas de la superficie.
Asimismo, el Consejo General de Dentistas de España ha denunciado la venta ilegal de blanqueantes dentales. Según la legislación vigente, los productos de este tipo con una concentración de agente blanqueante (directa o liberada en reacción) superior al 0,3% de peróxido de carbamida o al 0,1% de peróxido de hidrógeno, solo pueden ser distribuidos de forma exclusiva a dentistas.
Para evitar efectos no deseados, lo primero que hay que hacer es acudir a una clínica odontológica y que sea el profesional quien nos informe de los diversos métodos de blanqueamiento dental y de cuál puede ser el más recomendable en nuestro caso.
El color que tengan en ese momento los dientes puede interferir a la hora de utilizar un tratamiento blanqueador. También es necesario valorar el color de la piel, con el fin de que el resultado de la técnica parezca lo más natural posible.
Es importante recordar que si tienes empastes o materiales adheridos a los dientes, como carillas o coronas, estos no se blanquearán y se presentarán con un color diferente, por lo que resulta en muchos casos necesario su cambio por otras carillas o coronas del mismo color que los dientes blanqueados.
Tratamientos blanqueantes más habituales
Actualmente, el blanqueamiento es uno de los tratamientos de estética dental más solicitados, por detrás de las limpiezas dentales y las reconstrucciones. Los más frecuentes son los siguientes:
– Blanqueamiento en clínica o blanqueamiento dental por fotoactivación. Utiliza un gel blanqueante a base de peróxido de hidrógeno, el cual se activa mediante luz LED, que acelera el proceso de blanqueamiento consiguiendo mejorar los resultados hasta en un 40%. Generalmente la sesión en clínica dura unos 45 minutos.
– Blanqueamiento en casa. El blanqueamiento dental por férulas, requiere hacer unos moldes de la dentadura a partir de los cuales se fabrica una férula de plástico tanto superior como inferior en las que se aplica el gel blanqueador en cada diente. Te tienes que colocar las férulas con el gel blanqueador el tiempo que te prescriba tu odontólogo.
– Blanqueamiento mixto. Combina los dos anteriores. Consigue un aclarado de hasta 10 tonos y una mayor duración de los resultados a lo largo del tiempo.
– Blanqueamiento interno. Está indicado para los dientes que se han oscurecido tras una endodoncia y su objetivo es devolver la tonalidad a un diente en concreto respecto a la totalidad. Solo se puede hacer en dientes desvitalizados y se realiza en varias sesiones en la clínica odontológica.
Todo el mundo puede someterse a un tratamiento de blanqueamiento, con la excepción de los menores de 15 años cuyo esmalte aún no está formado completamente; las mujeres embarazadas, así como las personas con enfermedad periodontal, retracción gingival o alérgicas a los componentes de la fórmula.
Se elija una u otra modalidad, la principal ventaja del blanqueamiento dental es que es un tratamiento rápido, seguro y eficaz, siempre que se haga bajo la supervisión de un experto.
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