No es la consulta médica más demandada, pero para algunas personas puede ser un verdadero problema el no ganar peso.
Mientras que algunas personas que están debajo del peso normal están completamente sanas, hay otras que teniendo el mismo peso padecen alguna enfermedad.
El peso corporal bajo puede provenir de una serie de causas, una de ellas es la genética, pero también son el no comer bien, el consumo de drogas o alcohol, el tabaquismo, la pobreza y los problemas de salud mental.
Pero hay que tener en cuenta que también hay enfermedades que debutan con pérdida de peso, tales como la diabetes, enfermedades hormonales como el hipertiroidismo, etc. A veces puede ser hasta un signo de que alguna enfermedad importante está gestándose en nuestro organismo, que no tienen por qué ser sólo las enfermedades cancerosas sino también muchos problemas digestivos.
Qué dice la ciencia al respecto
De todos es conocido que la obesidad es la enfermedad de nuestro tiempo, claramente relacionada con múltiples problemas de salud, pero ¿estar muy delgado influye también en la salud? En esta línea un grupo de investigadores llevaron a cabo un estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista «Journal of Epidemiology and Community Health», donde llegaron a la conclusión que la delgadez excesiva también está relacionada con un mayor riesgo de mortalidad. Estos autores llegaron a afirmar que las personas con un Indice de Masa Corporal (IMC) inferior a 18,5 tenían casi dos veces más riesgo de morir que aquellos cuyo peso se encontraba dentro de los parámetros considerados normales; siendo esta probabilidad similar a la de las personas con exceso de peso.
El IMC es una medida aproximada de la grasa corporal que se calcula a partir de la estatura y el peso, para saberlo existen muchas calculadoras online. Tener un IMC de entre 19 y 25 indica una cantidad normal de grasa corporal. Se considera que una persona tiene sobrepeso cuando tiene un IMC de 25 a 29.9 , mientras que una con un IMC mayor a 30 se considera obesa.
Por tanto, parece que las personas que tienen un peso demasiado bajo respecto a su peso normal, desde el punto de vista clínico se enfrentan a un riesgo mayor de fallecimiento que las personas obesas y, en comparación con las personas con un peso normal, las excesivamente delgadas tienen casi el doble de riesgo de muerte.
Consecuencias de estar demasiado delgado
Además, el estar excesivamente delgado se ha relacionado con algunas enfermedades, tales como la osteoporosis, que es una enfermedad que debilita los huesos y aumenta la posibilidad de fracturas por una deficiencia de vitamina D y calcio. Otra enfermedad que parece que se vincula con la delgadez es la infertilidad, tanto en los hombres como en las mujeres. Además también se ha relacionado el estar muy flaco o flaca con la disminución del poder inmunológico, es decir con la capacidad que tiene el organismo humano para luchar contra las infecciones, debido a que el organismo no recibe los nutrientes suficientes para combatirlas.
No hay que olvidar también que en este tema de la delgadez extrema influye, sobre todo en nuestra sociedad, la imagen corporal, la deformidad de la misma que se da en los medios de comunicación y en las redes sociales, que pone en peligro la vida de muchos jóvenes y adolescentes al tener alterada la imagen en sí mismo. Aquí tienen los padres un papel importantísimo para actuar de forma precoz ante cualquier cambio de conducta alimentaria que surja en sus hijos y que tratado a tiempo puede tener cura, pero que dejado pasar en el tiempo se cronifica y se complican las posibilidades de curación.
¿Y si quieres ganar peso?
Si se ha perdido peso de forma moderada, sobre todo si ha sido de forma involuntaria, es recomendable acudir a su médico, el cual le hará un estudio de pérdida de peso y que puede incluir una analítica completa, estudio hormonal y digestivo y despistaje de una neoplasia oculta que pueda ser la responsable de esta pérdida de peso.
Descartadas las enfermedades subyacentes, este es un mal que, afortunadamente, comiendo una dieta equilibrada, mediterránea y acompañada de ejercicio físico moderado puede ayudar a combatirlo. Pero todo ello es recomendable seguirlo siempre bajo las recomendaciones de un experto, endocrinólogo o nutricionista.
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