Cuando se habla de consejos para lograr una vida saludable, viene a cuento una cita del pensador Chu Hui Weng, “si quieres evitar la enfermedad, come menos, si quieres alargar la vida, preocúpate menos”.
No obstante, desde un punto de vista médico, lograr una vida saludable puede identificarse con incorporar determinados hábitos que reducen los riesgos de sufrir muertes prematuras, como ocurre con las enfermedades cardiovasculares (en España destaca la cardiopatía isquémica), el cáncer, (en España, en especial, los de pulmón y colon, a tenor del Global Burden of Disease Study) o incluso el alzhéimer, que es la sexta patología que más problemas causa en nuestro país.
¿Cómo lograr una vida saludable?
Importancia de la lactancia materna
En el caso de los bebés y las mujeres embarazadas, es muy importante la lactancia materna, que, además del aporte nutricional, supone para el bebé un aporte emocional e inmunológico. La leche materna es más fácil de digerir y se trata de un fluido que cambia con las necesidades del pequeño. Contribuye al adecuado desarrollo maxilofacial y, si el bebé mama, está libre de gérmenes.
También es buena para la madre, pues favorece la contracción del útero, la pérdida de peso y grasa acumulados durante el embarazo y está siempre disponible.
No fumar
Se trata de una acción con efectos casi inmediatos sobre la salud, reduciéndose, además, el riesgo de muerte prematura y favoreciendo que sanen los pulmones y el sistema circulatorio.
De lo contrario, según la Asociación Americana del Corazón, se tiene más riesgo de infarto, ictus, cáncer, coágulos, aneurismas y enfermedades coronarias si fumas.
Llevar una dieta saludable
De acuerdo con el Global Burden of Disease Study, una dieta inadecuada es el factor que causa más muertes e incapacidades en el mundo desarrollado.
En este sentido, se recomienda reducir el consumo, o no consumir, determinados alimentos, como son, las grasas saturadas que se utilizan en la elaboración de alimentos preparados o congelados y bollería industrial, la sal o el sodio y los azúcares añadidos. También se recomienda reducir el consumo de alimentos con mucho colesterol.
La dieta debe ser variada, y, se recomienda que formen parte de ella comidas ricas en fibra, frutas, verduras y proteína magra. Además, es básico beber mucha agua, un nutriente esencial sin calorías, sola o en infusiones y eliminar las bebidas alcohólicas o los refrescos de tipo industrial.
Hacer ejercicio
El estar sano también depende del modo en que cada uno cuida su cuerpo. Por ello, mantener una vida activa y practicar ejercicio con regularidad, contribuye a mantener engrasada y en correcto funcionamiento la máquina del cuerpo. Esto resulta especialmente importante porque en la vida moderna se tiende al sedentarismo, especialmente en las ciudades.
Así, una encuesta de la OCU, mostró como resultado que casi la cuarta parte de los españoles, no realiza ningún tipo de ejercicio. Ni siquiera andar una hora a la semana. El problema de lo anterior es que, el cuerpo, al igual que la mente, se atrofian por falta de uso.
Por ello, si encuentras un deporte, o algún tipo de ejercicio que te motiva y te gusta, practícalo con asiduidad, ya que supondrá una mejora para tu salud. Y, no esperes a tener tiempo para andar media hora, por ejemplo. Usa el tiempo del que dispongas, aunque sea en casa, en módulos de diez minutos. Todo contribuye a mejorar tu salud.
Controlar el nivel de colesterol y la presión arterial
En el caso del colesterol, este no debe alcanzar niveles superiores a 200 mg/dl. Si bien, puesto que el 75% del colesterol en sangre es producido por el organismo, existen personas que han de tener especial cuidado, porque su cuerpo produce demasiado LDL.
En el caso de la presión arterial, es especialmente peligrosa la tensión alta, para la que se recomienda, además de hacer ejercicio y evitar una dieta baja en sal, eliminar alcohol y tabaco.
Perder el sobrepeso
Cuando se habla de dieta, no solo debe entenderse el tipo de alimentos que conviene comer, sino que tradicionalmente también se hace referencia a la cantidad, que debe ser moderada. Si bien, de acuerdo con el DIETFITS Randomized Clinical Trial, para la pérdida de peso, no resulta esencial la cantidad, sino la calidad de los alimentos. Tampoco influye el genotipo o la secreción de insulina.
Es importante tener en cuenta que la obesidad o el sobrepeso forman parte de los factores de riesgo de numerosas enfermedades, como las cardiovasculares o la diabetes. La masa corporal no debe superar 25, y si asciende a 30 deben tomarse medidas.
Disminuir el nivel de azúcar en sangre
La diabetes, cualquiera que sea su tipo, incrementa el riesgo de padecer ictus o infarto. Por ello, deben mantenerse niveles de azúcar en sangre por debajo de los 100 mg/dl de glucosa en ayunas.
Para ello, conviene reducir el consumo de azúcar y refrescos, además de practicar progresivamente ejercicio. La frecuencia de las comidas también puede contribuir a reducir los picos de azúcar en sangre, y aumentar el rendimiento (comer entre 4 y 5 veces al día es lo que defienden, entre otras, la dieta de la zona).
Adoptando estos hábitos, se reduce riesgo de enfermedades, y, además, en caso de ser necesario, el médico puede prescribirnos la medicación adecuada.
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