Son muchos los adultos que apuestan por la ortodoncia invisible a la hora de mejorar el aspecto y alineación de sus dientes, primando en gran medida mantener su estética y comodidad durante el tratamiento.
Ahora, debido a estas y otras muchas ventajas, comienza a ser habitual ver a niños con esta técnica de ortodoncia basada en la utilización de férulas transparentes removibles.
El tratamiento de ortodoncia invisible en niños está diseñado específicamente para edades comprendidas entre los 6 y los 10 años. A esa edad, los más pequeños se encuentran en un periodo de dentición mixta, aún cuentan con dientes de leche que poco a poco van dejando paso a los definitivos.
La infancia es la edad ideal para intervenir puesto que los huesos son todavía muy moldeables y los dientes se mueven fácilmente. De este modo pueden evitarse tratamientos de ortodoncia a edades más avanzadas que casi con toda probabilidad serán más complejos y también más costosos.
1. Permite ver el resultado final antes de comenzar el tratamiento
Los alineadores transparentes se fabrican de forma totalmente personalizada y a medida de la boca del niño con un programa que permite conocer previamente cómo quedará la boca al finalizar el tratamiento y un ajuste mayor. A través de la tecnología 3D, se estudia todo el proceso de desplazamiento de los dientes del pequeño, seleccionando la fuerza necesaria en cada zona para que el tratamiento sea más eficaz.
2. Mayor comodidad, evita llagas o úlceras
Con este tratamiento el niño se sentirá mucho más cómodo que con los clásicos brackets, estamos ante un tratamiento que reduce notablemente las molestas úlceras y llagas que en ocasiones producen otras técnicas de ortodoncia, evitando además posibles visitas a urgencias motivadas por los problemas generados por los alambres de los brackets.
3. Facilita la higiene
Al poder retirarse en momentos puntuales, como el cepillado diario, la ortodoncia invisible facilita la higiene habitual del niño durante el tratamiento, que podrá efectuarla como siempre, sin necesitar cambios en sus rutinas diarias.
4. No hay limitaciones alimentarias
El niño se retira las férulas para comer, con lo que las clásicas restricciones en su dieta de otro tipo de ortodoncia pierden sentido con esta innovadora técnica, haciendo más llevadero el tratamiento a los más pequeños.
5. Menor impacto estético
Aunque en niños la estética no tiene tanto peso como en la edad adulta, la personalidad y autoestima en estas edades está en pleno desarrollo, por lo que un tratamiento que tenga menor impacto en la estética presenta ventajas frente a los clásicos brackets.
6. Menor impacto a la hora de hablar
Tras el periodo de adaptación, las férulas de las que se vale el tratamiento de ortodoncia invisible apenas son perceptibles por el niño mientras las tiene en boca, por ello evitaremos las molestias limitaciones que otros tipos de ortodoncia presentan a la hora de que los pacientes más jóvenes se expresen de forma oral durante el tratamiento.
7. Protección frente a golpes
Al colocar las férulas delante de los dientes del niño, estos estarán más protegidos frente a posibles golpes o impactos inesperados, algo habitual en la etapa infantil.
Ortopedia u ortodoncia interceptiva
Es posible que antes de cualquier otra tratamiento de ortodoncia tu hijo deba someterse a una temprana edad a un tratamiento de ortopedia u ortodoncia interceptiva.
Este tipo de ortodoncia recibe este nombre porque pretende “interceptar” el proceso de crecimiento de la estructura maxilofacial y adelantarse a los problemas de oclusión y mordida que el niño desarrollará cuando haya finalizado su fase de crecimiento.
La ortodoncia interceptiva evita tratamientos complejos cuando la anatomía de su cráneo se haya desarrollado por completo, ya que cuando el niño alcanza la edad adulta los tratamientos para corregir algunos problemas esqueléticos de mordida son más difíciles de abordar, llegando incluso a necesitar en algunos casos la intervención de un cirujano maxilofacial.
Los ortodoncistas aconsejan comenzar los tratamientos de ortodoncia interceptiva cuando en la boca del niño ya han erupcionado los incisivos superiores e inferiores definitivos, popularmente conocidos como “paletas” (lo que suele ocurrir en torno a los 7 años de edad).
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