Una de las principales preocupaciones de las mujeres embarazadas es que el feto presente alteraciones cromosómicas. Con el fin de descartar posibles malformaciones o problemas del futuro bebé, los especialistas realizan diferentes pruebas durante el embarazo. Una de ellas es el llamado triple screening.
¿Qué es el triple screening?
Se trata de una prueba diagnóstica no invasiva que se realiza en el primer trimestre de gestación y que consiste en la toma de una muestra de sangre de la madre.
El triple screening mide:
- los niveles maternos de beta-gonadotropina coriónica humana (beta HCG libre, producida por la placenta.
- los niveles de la proteína plasmática A asociada al embarazo (PAPP-A), proteína producida por el feto.
- la medida de la translucencia nucal del feto realizada en una ecografía.
Cada uno de estos tres parámetros tiene un momento durante la gestación en el que sirve como marcador de posibles diferencias entre niños sin anomalías y niños con síndrome de Down, trisomía 18 o anomalías del tubo neural. El periodo válido que es común a esos tres parámetros es desde la semana 10 y tres días hasta la semana doce más tres días.
El conjunto de estos tres parámetros, junto con la edad, la raza, el peso de la mujer y el momento del embarazo en el que se toman las muestras y se hace la ecografía, permite calcular la probabilidad que tiene esa mujer de tener un hijo con una alteración del tubo neural o cromosómica. Hay que tener en cuenta que el triple screening no dice si el bebé tiene problemas, sino que solo da una probabilidad de que los tenga.
Si, a juzgar por los resultados, se considera que el riesgo es alto, se propone a la mujer la realización de una amniocentesis para confirmar el diagnóstico, una prueba que es invasiva y no está exenta de riesgos, pero que ofrece información real sobre el estado del bebé.
Es decir, si para una mujer de 37 años se establece el corte del índice de riesgo en 1/270 y tus resultados son 1/260, le aconsejarán someterse a una amniocentesis. Sin embargo si los resultados son 1/290, al no superar el riesgo de corte, lo más probable es que no se le aconseje hacerla.
Por seguir con el ejemplo anterior, unos resultados de 1/260 quieren decir que de 260 mujeres de la misma edad, a las que les realizaron la analítica y la ecografía exactamente en el mismo momento de gestación, y que dieron exactamente los mismos resultados que los suyos, hubo una que estaba gestando un bebé con Síndrome de Down, el síndrome más frecuente.
¿Por qué hay más falsos positivos en el triple screening en embarazos por FIV?
Si tu embarazo ha sido gracias a un tratamiento de Fecundación In Vitro y has dado positivo en el triple screening, debes saber que todo podría quedarse en un susto. Las mujeres que se han sometido a una FIV convencional o a una ICSI o microinyección espermática, suelen ser más propensas a tener falsos positivos en esta prueba diagnóstica del primer trimestre de embarazo.
¿Cómo se explica esto? El motivo es que los niveles de la proteína plasmática A asociada al embarazo (PAPP-A) son comparativamente más bajos en el caso de las mujeres que han recibido un tratamiento de FIV y se han quedado embarazadas. En el caso del síndrome de Down, la PAPP-A tiende a estar disminuida.
Estos niveles bajos de PAPP-A son consecuencia principalmente de la estimulación ovárica en los ciclos de FIV. La administración de hormonas exógenas interfiere con los cambios endocrinos normales del principio del embarazo, lo que origina una reducción de los niveles de PAPP-A.
En cualquier caso, los profesionales que lleven tu caso te explicarán las razones y motivos, y te recomendarán la mejor estrategia a seguir en base a los resultados.
Juliana