A muchas de las mujeres inmersas en un tratamiento de reproducción asistida les preocupa tener que realizarse una punción ovárica. Sin embargo, se trata de un procedimiento sencillo, que se realiza bajo sedación y dura unos pocos minutos.
La punción ovárica o punción folicular consiste en la punción de los folículos ováricos con el fin de aspirar su contenido y recuperar los óvulos, que se podrán utilizar posteriormente en un proceso de fecundación in vitro. También se someten a esta intervención quirúrgica las mujeres que desean congelar sus óvulos para preservar su fertilidad y poder ser después madres o las que han optado por convertirse en donantes de gametos.
La punción ovárica es el segundo de los pasos a seguir en cualquier tratamiento de fecundación in vitro, tras la estimulación ovárica y previo a la fecundación de los óvulos en el laboratorio y la transferencia de los embriones. Pero veamos en qué consiste con más detalle.
Maduración de los folículos
La punción folicular se debe llevar a cabo antes de la ovulación. Así, se realizan controles ecográficos desde el comienzo del ciclo con el fin de examinar los folículos en el ovario hasta que estos tienen un diámetro aproximado de unos 16-18 milímetros. Cuando se confirma que los folículos han alcanzado el tamaño adecuado, se administra la hormona hCG, que desencadenará la ovulación en las 36-48 horas siguientes. La punción ovárica se programará en ese intervalo de tiempo para que los ovocitos se recuperen maduros, en el momento óptimo para su fecundación.
Ingreso y sedación de la paciente
La paciente ingresa en el centro el mismo día de la intervención, aproximadamente una hora antes. Es importante que se encuentre tranquila y en ayunas: no se debe beber ni comer durante las ocho horas anteriores a la punción.
Aunque se trata de una operación sencilla, requiere anestesia para evitar el dolor y hacer más cómoda la extracción para el ginecólogo. La paciente recibirá una sedación corta y superficial, es decir, estará dormida durante unos 10-15 minutos.
Aspiración folicular
En ese corto periodo de tiempo, para hallar los folículos se utiliza un ecógrafo transvaginal que va unido a una aguja con la que se realiza la punción. Una vez que el folículo está detectado y la aguja correctamente situada, el sistema conectado a la aguja aspira el líquido folicular, que se transfiere a tubos de ensayo.
En este líquido es donde están contenidos los óvulos. Los tubos de ensayo con el líquido folicular se llevan al laboratorio inmediatamente y, bajo el microscopio, se localizan y limpian los óvulos. Si alguno de los ovocitos no tiene el grado de madurez suficiente, el tiempo de cultivo podrá ser mayor y, si son muy inmaduros o degenerados, pueden incluso descartarse por no ser aptos para la fecundación.
El número de óvulos obtenidos varía en función de las características de cada mujer, de su respuesta al tratamiento y de las posibles patologías. Así, se pueden obtener desde uno o dos ovocitos en mujeres “bajas respondedoras” al tratamiento hasta más de 20 en mujeres jóvenes y sin problemas de esterilidad. Pero lo más habitual es obtener entre seis y nueve ovocitos por ciclo.
Recuperación y reposo
Cuando el ginecólogo ya ha puncionando todos los folículos que considera maduros, se elimina la anestesia y se traslada a la paciente a una habitación. Allí, permanecerá al menos una hora recuperándose de los efectos de la sedación. Pasado este tiempo y tras comprobar que todo está bien, la mujer regresa a casa. En este punto, es imperativo que acuda acompañada porque puede sentirse un poco desorientada como consecuencia de la anestesia.
Es posible que ese mismo día tenga pequeñas molestias o se produzca algún sangrado vaginal derivados de la operación. Lo más adecuado es hacer reposo ese día y no realizar grandes esfuerzos para dar tiempo al organismo a recuperarse del todo.
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