Las sillas a favor de la marcha sólo retienen al niño pero no le protegen porque en el caso de tener que frenar en seco la cabeza, que es la parte más vulnerable y pesada de nuestro cuerpo, propugna una despedida hacia delante.
Hay tres factores clave a la hora de entender la seguridad de viajar a contramarcha:
Tipo de impacto: los frontales y los frontolaterales son los más graves.
La energía generada en un impacto.
Las características del cuerpo del niño: la cabeza es la parte más vulnerable, la más grande y pesada.
Con una silla a contramarcha están alineados el cuello, la cabeza y el cuerpo. En caso de colisión, el impacto es absorbido por la silla y se reduce la presión en el tórax y abdomen. De esta forma, durante el transporte infantil en coche los asientos orientados en sentido contrario a la marcha ofrecen la mayor seguridad, ya que las fuerzas de los impactos frontales se distribuyen en todo el área de la espalda de la silla, reduciendo significativamente la tensión en el cuello.
El uso de sillas a contramarcha facilita la clasificación de acuerdo al criterio de altura, en lugar de tomar como referencia el peso del niño; incorpora una nueva prueba de impacto lateral; y mejora la compatibilidad con los vehículos.
Un niño a contramarcha tiene hasta un 73% más de posibilidades de no morir y de no sufrir lesiones graves que un niño en sentido de la marcha debido a que en un impacto frontal la carcasa de la silla sujeta el movimiento y retiene la cabeza y cuello del niño, con lo cual evita el decapitamiento interno.
Seguridad mejorada
Las colisiones laterales se dan con la mitad de frecuencia que las colisiones frontales pero, sin embargo, son igualmente dañinas. Los laterales del coche suelen estar menos protegidos que la parte frontal, por lo que las colisiones de impacto lateral resultan considerablemente más peligrosas que las frontales.
Una silla de seguridad infantil debe estar equipada con una protección adecuada que ayude a prevenir las lesiones en el niño ante cualquier tipo de colisión: frontal, lateral o trasera.
Para mejorar la seguridad de las sillas de coche para niños y su uso, y clarificar su selección de la manera más adecuada, según la talla y el peso del niño, se ha creado la normativa europea de homologación i-Size, elaborada por la UNECE.
Esta normativa convivirá con la que regulaba hasta ahora el uso de las sillas infantiles (la normativa ECE R44, que seguirá en vigor a lo largo de 2018), añadiendo nuevos estándares de seguridad e incorporando para su homologación, entre otras medidas, una nueva prueba de choque lateral para una mayor protección del niño ante este tipo de impactos.
La normativa i-Size también incluye nuevos procedimientos de análisis y de uso con el objeto de mejorar la seguridad infantil, aumentando, por ejemplo, el uso de la silla infantil en sentido contrario a la marcha hasta los 15 meses.
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