Muchas son las bondades del trigo sarraceno, entre ellas que su alto contenido en proteínas y sus 8 aminoácidos esenciales, unido al hecho de que es un pseudocereal sin gluten, lo han posicionado como un alimento muy completo y apto para casi todos los comensales.
Pero lo más curioso del trigo sarraceno es que no es trigo, a pesar de lo que su nombre indica. Se trata de una semilla, en lugar de un cereal, de una planta que pertenece a la misma familia que el ruibarbo. Pero lo cierto es que se ha usado de la misma manera que se emplea un cereal, por lo que la confusión es normal.
El trigo sarraceno cuenta entre sus propiedades con un gran aporte proteínico y con lisina, un aminoácido que rara vez se encuentra en alimentos de origen vegetal, por lo que se trata de un ingrediente especialmente importante de la cocina de veganos y vegetarianos. Ya que consigue aportar este aminoácido esencial tan difícil de encontrar en una alimentación basada en vegetales.
Beneficios del trigo sarraceno para tu salud
El trigo sarraceno, al igual que ocurre con cereales como la avena, tiene un índice glucémico medio-bajo, por lo que ayuda a regular la liberación del azúcar en la sangre, evitando que los niveles se disparen después de comer. De esta manera, aquellas personas con diabetes o con problemas para moderar el azúcar en sangre pueden consumirlo de manera moderada sin miedo.
Por supuesto, al tratarse de un producto vegetal es muy rico en fibra, de manera que podremos ayudar a alcanzar la cantidad de fibra recomendada con mayor facilidad, algo en lo que los adultos españoles suspendemos.
Además, algunos estudios indican que el trigo sarraceno ayuda a mantener los niveles de colesterol (tanto “el bueno” como “el malo”) en sangre dentro de unas cifras saludables, previniendo así algunos problemas cardiovasculares ligados a este problema.
¿Cómo lo puedo consumir?
El trigo sarraceno, como hemos indicado anteriormente, se ha consumido de manera tradicional como si se tratase de un cereal. Puedes tomarlo en forma de harina, en copos, en grano entero, o germinado.
Uno de los usos más habituales es cocer el grano y hacer ensaladas, o añadirlo a guisos, parecido a cómo utilizas el arroz. Pero en muchos países se usa en forma de harina para preparar masas como la de los crepes, los famosos blinis, o en forma de pasta.
Si vas a cocerlo, puedes dejarlo a remojo la noche anterior y hervirlo durante unos 10 minutos con el triple de agua que de sarraceno. También puedes tostar esta semilla en seco con un poco de aceite a fuego fuerte y sin dejar de remover. A continuación, añade 2 medidas de agua por cada una de trigo sarraceno si quieres que quede seco o 3 si prefieres que quede una consistencia más cremosa.
Los soba japoneses están elaborados con este pseudocereal, por lo que puedes preparar un rico plato de inspiración japonesa con estos fideos y unas verduras salteadas. ¡Tú pones el límite a tu imaginación culinaria!
Paloma Romero