La alimentación no solo repercute en nuestro aspecto fÃsico, sino también en nuestra energÃa e incluso en nuestros pensamientos. Muchas personas le dan mucha importancia a su alimentación, pero con las prisas del dÃa a dÃa es complicado cuidar lo que comemos. En ocasiones, esto se traduce en un malestar con nosotros mismos que, unido al efecto fÃsico que esto tiene, nos hace sentir mal.
Por todo esto, uno de los propósitos de Año Nuevo suele ser mejorar la alimentación. Como hemos dicho, las prisas y los malos hábitos nos dificultan, y mucho, esta tarea. Por eso, te dejamos una serie de claves para tener éxito con tu dieta de Año Nuevo.
Consejos para hacer una dieta de Año Nuevo más llevadera
- Lo primero que debemos hacer es realizar una reflexión sobre qué nos lleva a comer mal y cuáles son los alimentos que nos perjudican. ¿Cómo es nuestro dÃa a dÃa con respecto a la alimentación? ¿qué tiempo dedicamos a decidir qué vamos a comer? ¿cuánto tiempo podemos dedicar a la comida? ¿en qué condiciones comemos? etc. De esta manera, podremos detectar los posibles desajustes y dinámicas negativas que seguimos dÃa a dÃa.
- Revisar nuestra despensa. Deshacernos de productos caducados, poco saludables, que no utilizamos nunca, etc.
- Hacer una lista de la compra para no comprar por impulso. Si llevamos un orden en nuestra lista de la compra evitaremos comprar productos que no necesitamos o que no son beneficiosos. Elaboraremos, en primer lugar, un menú para varios dÃas y con él haremos la lista para tu dieta de Año Nuevo.
- Orientar nuestra alimentación en la rica y saludable dieta mediterránea: verduras, frutas, pescados, carnes, aceite de oliva, etc. Es una dieta es muy saludable, basada en productos de la tierra, naturales y de proximidad asà como de temporada.
- El desayuno es fundamental. Es la comida que nos dará energÃa para afrontar el dÃa y nos evitará ansiedades a la hora de comer. Debemos realizar cinco comidas por jornada, de esta manera, la alimentación será óptima y nos ayudará a no picar entre horas. Estas comidas deben estar preparadas por nosotros, ya que asà controlamos los ingredientes. No olvides que debemos evitar los precocinados, ya que llevan muchos aditivos.
- Evitar el consumo de refrescos con azúcares añadidos y con gas y sustituir por agua. Asimismo, debemos reducir la ingesta de carnes rojas.
- No a las dietas mágicas que deterioran la salud y que pueden generar un efecto rebote al abandonarlas.
- Escribir un diario sobre lo que comemos puede ser una muy buena manera de controlar las comidas.
- Cocinar al horno y al vapor para reducir las grasas. Estos métodos reducen sensiblemente la utilización de grasas de forma que las comidas resultan más saludables.
- La comida: un ritual. En la medida de lo posible debemos hacer de la comida un ritual. Tomárnoslo con calma, colocar cada elemento en su sitio en la mesa, sentarnos tranquilamente y comer con consciencia de cada bocado masticando sin prisa.
- Si necesitamos picar entre horas, lo mejor es tomar infusiones, frutos secos o frescos, yogurt desnatado, etc.
- Descansar las horas necesarias. Durante el sueño se regulan las hormonas del apetito y la saciedad (ghrelina y leptina). Si no descansamos las horas suficientes, al no funcionar bien, el apetito aumentará, ya que la gherlina aumenta y la leptina disminuye. De esta manera, aumentará el apetito y disminuirá el umbral de saciedad.
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