Después de los excesos de las fiestas navideñas, todos pecamos de haber comido más turrón de la cuenta. Todo esto se traduce en un indeseado aumento de peso y sensación de hinchazón que deseamos que desaparezca cuanto antes. La prisa a la hora de perder peso y ganar salud suele ser una mala consejera, las portadas de las revistas y miles de blog por todo Internet se llenan de dietas milagro para perder mucho peso en poco tiempo, una fórmula maravillosa sobre el papel, ¿verdad? Pero cuando tratamos de eliminar los kilos de más y mantenerlos alejados, no hay milagro que valga, solo inteligencia a la hora de comer y cambiar nuestros hábitos de vida hacia unos más saludables.
¿Dieta de la alcachofa? No, gracias
La salud se basa en el equilibrio. Cuando una dieta exige centrarse en un solo alimento para perder peso rápidamente focaliza la atención en una serie de nutrientes y deja de lado otros muchos que tu cuerpo necesita para poder funcionar correctamente. Dietas como la de la alcachofa o de la piña, aunque se traten de alimentos saludables y llenos de nutrientes, no son suficientes. Lo mismo pasa con aquellas en las que se deja de comer hidratos de carbono o grasas, o se da total protagonismo a las proteínas evitando otro tipo de macronutrientes. El cuerpo puede (y debe) asimilar cierta cantidad maxima de nutrientes y minerales, por lo que el exceso acaba siendo eliminado. Además, sacrificar otros alimentos provocarán carencias igual de dañinas que el exceso de peso.
Dietas demasiado restrictivas: por qué es un error caer en la tentación de seguirlas
Cuando se padece un exceso de peso, aunque sea de un par de kilos, es un error acudir a una dieta restrictiva que te ayude a perderlos rápido. En efecto, para perder peso hay que consumir menos calorías de las que se emplean al día, pero hay que hacerlo bajo supervisión médica y siempre siguiendo una dieta adecuada a tus necesidades, edad, sexo y estilo de vida.
Una dieta que elimine las grasas o los azúcares completamente está eliminando un pilar fundamental de la alimentación. No todas las grasas son dañinas para el organismo ni todos los azúcares son nocivos. Los que se dan de manera natural en la comida, como es el caso de la fructosa en la fruta, ayudan a aportar energía natural al cuerpo y al cerebro, y se deben consumir diariamente. Por su parte, las grasas contenidas en frutos secos o frutas como el aguacate, o en los aceites vegetales, son de tipo insaturado y aportan vitaminas y ácidos grasos necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Con moderación, las grasas son saciantes y saludables, necesarias para una dieta equilibrada que nos llevará a mantener nuestro peso en unos niveles adecuados.
Aprende a cuidar tu metabolismo
Cuando sometes al cuerpo a una restricción de calorias, él decidirá “bajar su ritmo de trabajo”, ya que entiende que no tendrá tanta comida como de costumbre y, por lo tanto, tendrá que ahorrar. En un primer momento, se producirá una pérdida de peso, especialmente de líquido acumulado. Después, se pasará a perder masa muscular, pero no se quemará la grasa almacenada, por lo tanto, estaremos perdiendo en salud a medida que se bajan los kilos.
Si esta restricción se mantiene durante mucho tiempo, el efecto rebote puede ser fatal. El metabolismo se acostumbrará a trabajar con su nuevo aporte calórico, por lo que cualquier exceso se acumulará con mayor facilidad (por si se diera el caso en el las calorías consumidas decreciesen de nuevo). El cuerpo tarda tres meses en adaptarse a su nuevo metabolismo, por esta razón una dieta excesivamente restrictiva no debe adoptarse durante tanto tiempo. Los cambios hacia una dieta saludable deben mantenerse como mínimo ese tiempo, para que el cuerpo pueda acostumbrarse a un nuevo estilo de alimentación, y poco a poco, la transformación dará comienzo.
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