Como comenta la periodista Junko Takahashi, autora del libro “El método japonés para vivir 100 años”, la dieta japonesa tiene fama de saludable, pero también tiene aspectos negativos, como el bajo consumo de grasas o el alto contenido en sal.
Además, desde los Juegos olímpicos de Tokio en 1964, la carne se introdujo en la dieta japonesa, junto con los tradicionales, verduras, pescado, setas y algas. El resultado ha sido un incremento de la longevidad, hasta el punto de que en 2016 existían en el país 65.692 centenarios. Y, lo mejor, la quinta parte lleva una vida autónoma e independiente.
Y sí, uno de sus secretos es la dieta japonesa, pero también, comer poco, hacer ejercicio y tener algo en la vida que les motive.
Japón, en la actualidad, es el país con mayor esperanza de vida y con menores índices de problemas cardiovasculares u obesidad. Algunas de las claves para explicar este fenómeno se encuentran precisamente en su dieta.
Dieta y longevidad
Aunque existen muchos factores que influyen en el proceso de envejecimiento, se estima que algo menos de un tercio depende del tipo de alimentación. Así, en las zonas azules, o en lugares del mundo en que existe un mayor número de centenarios, como Okinawa, la alimentación tiene algunos denominadores comunes, como la abundancia de vegetales, la escasez de azúcar, la baja ingesta en calorías o el bajo consumo de grasas animales.
El papel del pescado en la dieta japonesa
Aporta a la alimentación proteínas de gran calidad, vitamina D, antioxidantes (el pescado azul tiene carotenos) y grasas necesarias, como el Omega 3.
En el caso de la dieta japonesa, el pescado se consume incluso en el desayuno. Es precisamente la cantidad de pescado que consumen, uno de los responsables de la reducción de los problemas cardiovasculares y del buen estado de su metabolismo.
En este sentido, se considera que los efectos pueden detectarse a partir de los tres platos semanales de pescado.
El papel de las algas en la dieta japonesa
El consumo de algas no está muy extendido a nivel mundial. Sin embargo, es una parte importante de la dieta japonesa. Destaca el hecho de que las algas son los únicos vegetales que aportan Omega 3, como lo hace pescado. Además, son ricas en yodo y contienen fucoidanos. Los fucoidanos parecen tener efectos antivirales, favoreciendo la longevidad.
Las algas más consumidas son: kombu, nori y wakame. También, en este caso, el consumo es diario, en diversos platos.
El consumo de productos fermentados
Los alimentos fermentados son alimentos enriquecidos por el proceso de fermentación. Con él, se añaden al alimento bacterias beneficiosas. Como en el caso del yogur, el nato, resultado de la soja fermentada, es una parte importante de la dieta japonesa. Es rico en vitamina K2, que repercute en la conservación de las arterias y de los dientes.
El papel de la restricción calórica
Los japoneses practican la restricción calórica de forma tradicional. Consumen calorías de alta calidad, pero con moderación.
Y ésta es, precisamente, una de las causas de longevidad detectada en experimentos con animales.
El papel del té verde
Es otra parte importante de la dieta japonesa. El té verde ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer y problemas cardiovasculares. Rico en antioxidantes y polifenoles, varias tazas diarias pueden reducir la mortalidad en una quinta parte. Especialmente en mujeres.
Por ello, aunque no se adopte la totalidad la dieta japonesa, sí es conveniente tener en cuenta algunos de sus hábitos, lo que puede hacerse sin mucha dificultad. Por ejemplo, comer más pescado y alimentos fermentados, adoptar el té verde como bebida habitual, ya que, además de sus propiedades, es muy agradable; comer con moderación e incluir algas de vez en cuando.
Actualmente no hay ningún comentario sobre este tema.
¡Sé el primero en hacerlo!