Analizamos la importancia de las calorías y de la calidad de los alimentos para ver en qué nos debemos centrar si queremos estar más sanos.
¿Las calorías cuentan? ¿Cuentan todas por igual?
El debate está servido entre los que defienden una «dieta limpia» (entiéndase como una dieta basada más en alimentos que en productos, evitando la comida basura) sin fijarse tanto en las calorías y los que creen que el balance energético es lo primordial. La cantidad de calorías que tomamos en nuestro día a día siempre cuenta si lo que queremos es controlar nuestro peso: si comemos más de lo que gastamos, aumentaremos de peso, y ocurrirá lo contrario si ingerimos menos calorías de las que necesitamos. Pero esto no es lo único que importa.
Hay muchas más cuestiones que entran a formar parte de este debate: los porcentajes de macronutrientes de nuestra dieta, qué efecto tienen los distintos alimentos en nuestro organismo una vez los hemos ingerido, qué reacciones hormonales desencadenan en nuestro cuerpo… Las calorías cuentan, por supuesto, pero no es lo único que debemos tener en cuenta a la hora de cuidar nuestra alimentación.
Tips para cuidar la calidad de lo que comes
- El primer paso para cuidar nuestra alimentación y que sea de calidad es el de primar los alimentos por encima de los productos: comprar alimentos frescos (frutas, verduras, carnes y pescados, legumbres) es el paso básico para una alimentación sana. Evita los productos con una interminable lista de ingredientes: con alimentos frescos puedes preparar todo lo que quieras en casa, sabrás lo que estás cocinando y lo que estás comiendo.
- Cocina en casa siempre que puedas y opta por cocciones sanas. Cocinando tú mismo no solo apreciarás más el plato que vas a degustar, sino que además sabrás exactamente lo que ocurre en los alimentos desde que los compras en el súper hasta que te los llevas a la boca. Las cocciones saludables (al vapor, al horno, al wok, a la plancha, en papillote) no alteran la calidad ni los nutrientes de los alimentos y no aumentan sus calorías en exceso.
- Aprende a leer las etiquetas nutricionales: cuando adquieras algún producto, habitúate a leer la etiqueta nutricional, y no a quedarte solo en los claims publicitarios. Esto te ayudará a saber realmente lo que comes y a optar por alimentos y productos de una mayor calidad. Un producto que se proclama en grandes letras en su etiqueta como «bajo en grasas» puede que esconda en su interior una gran cantidad de azúcar. Leyendo las etiquetas esto no te pasará desapercibido y podrás optar por el alimento que mejor se adapte a tus necesidades.
isabel
Raquel Rodríguez