El parto por cesárea es, básicamente, el nacimiento del bebé mediante una intervención quirúrgica abdominal en aquellos casos en los que exista una indicación médica para finalizar la gestación mediante esta vía en lugar de permitir el parto por la vía natural, es decir, la vaginal.
La cesárea es una intervención que dura aproximadamente una hora, aunque la extracción fetal se produce en general transcurridos los primeros diez minutos. Suele practicarse con anestesia epidural, aunque a veces hay que recurrir a la general.
Cuándo está indicada una cesárea
Los motivos, entre otros muchos, para practicar una cesárea deben estar relacionados con preservar la salud de la madre y del bebé:
- Embarazo múltiple: en gestaciones gemelares, cuando el primer feto no está en presentación cefálica o cuando existe una gran discordancia de peso entre ellos por diferentes causas. En gestaciones triples, siempre.
- Cesáreas previas: las mujeres que han sido sometidas a cesárea una vez tienen más probabilidades de volver a dar a luz de esta forma, aunque no siempre ocurre así. Cuando ya ha pasado por dos de estas intervenciones, en caso de nueva gestación existe indicación de realizar una cesárea por el elevado riesgo de rotura uterina.
- Problemas con la placenta: como una colocación demasiado baja de la misma que pueda impedir el parto vaginal, o su desprendimiento de la pared del útero, siendo este caso indicación de cesárea urgente por riesgo de muerte fetal.
- Pelvis materna demasiado estrecha o cabeza del bebé muy grande: es lo que conocemos como sospecha de desproporción pélvico-cefálica.
- Presentaciones no cefálicas: cuando el bebé no está colocado correctamente y en lugar de situarse boca abajo en el canal del parto está en horizontal o de nalgas.
- Enfermedad de la madre: como diabetes, hipertensión arterial, patologías cardiacas… que incrementan el riesgo de la mujer durante el parto.
- Prolapso del cordón umbilical: esta complicación es poco frecuente, pero muy seria. Consiste en el deslizamiento del cordón umbilical por el canal del parto antes de que el bebé se coloque correctamente, lo que impide el flujo sanguíneo de la madre al bebé. Cuando ocurre esto, se debe practicar una cesárea de urgencia.
- Sufrimiento fetal: si la monitorización durante el proceso de dilatación y el periodo expulsivo indica que el bebé no está recibiendo suficiente oxígeno o está en riesgo su vida, se practica una cesárea de urgencia.
- Por deseo materno: hoy día se admite la realización de una cesárea a demanda. En este caso se denomina electiva, y se realiza si la madre expresa su deseo de no parir por vía vaginal.
Riesgos de la cesárea frente al parto natural
La cesárea es una intervención de cirugía mayor. En ella, el especialista practica una incisión en el abdomen de la mujer capa por capa hasta llegar al útero, donde abre otra incisión para extraer al bebé. Posteriormente tiene que suturar el útero y la pared abdominal hasta la piel.
Por lo tanto, una cesárea presenta todos los riesgos asociados a una intervención quirúrgica tales como reacciones adversas a la anestesia, complicaciones circulatorias, hemorragia, alteraciones en el proceso de cicatrización, infección de los puntos, fiebre, etc.; además, la recuperación de una cesárea es más lenta y dolorosa que la de un parto vaginal.
Cifras en torno a la cesárea
La Organización Mundial de la Salud establece como recomendable que el número de cesáreas no debe superar el 10 %-15 % de la totalidad de los nacimientos. Sin embargo, en el mundo occidental estas cifras se superan con creces, situándose a veces muy por encima de esta recomendación. Así, la tasa de cesáreas es aproximadamente de un 28-38 % en el sector privado, y del 15-25 % en el sector público.
Concretamente, en España más del 26 % de los partos se llevan a cabo por cesárea debido a diversos motivos, relacionados fundamentalmente con el aumento de la edad de las gestantes, el mayor número de partos gemelares (debido en gran medida al auge de las técnicas de reproducción asistida) y condicionantes no relacionados con situaciones clínicas.
De esta forma, los expertos afirman que aunque la cesárea es una intervención segura que evita muchas complicaciones a madres y bebés, hay que limitar su uso a los casos en los que exista indicación.
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