Aunque algunas parejas que pretenden tener descendencia logran un embarazo espontáneo pronto, lo cierto es que no se trata de lo más habitual. De hecho, se estima que las mujeres sanas menores de 35 años tienen en torno a un 25 % de posibilidades de quedarse embarazadas en cada ciclo ovulatorio; posibilidades que van decreciendo a medida que se van cumpliendo años. De esta forma, si tenemos en cuenta que no en todos los ciclos se ovula (no es lo normal, pero a veces sucede) y que actualmente la edad para buscar el primer hijo se ha retrasado considerablemente por diferentes motivos socioeconómicos y laborales, quedarse embarazada no es tan sencillo como pudiera parecer. No obstante ¿tenemos claro cuándo hay que buscar ayuda de la medicina reproductiva?, ¿qué plazos son razonables antes de acudir a un centro de reproducción asistida?
Cuestión de edad
Por regla general, una mujer menor de 35 años con ciclos menstruales normales debería lograr quedarse embarazada después de mantener relaciones sexuales frecuentes sin protección anticonceptiva en menos de un año. Si transcurrido ese tiempo la gestación no se ha producido, es conveniente consultar con el especialista.
A medida que la edad femenina avanza, las probabilidades de lograr un embarazo natural en cada ciclo van reduciéndose, de manera que una mujer en torno a los 40 años no debería demorarse 12 meses a la hora de buscar ayuda en un centro de fertilidad. En estos casos, los expertos recomiendan que el plazo sea de seis meses, aproximadamente, o incluso antes.
¿Esterilidad o infertilidad?
Se considera que existe esterilidad cuando una pareja nunca ha logrado un embarazo. En cambio, hablamos de infertilidad en aquellos casos en los que se ha conseguido gestación previamente y existe dificultad para concebir de nuevo, o cuando las gestaciones no son evolutivas y acaban interrumpiéndose. Una pareja joven que lleva intentando conseguir un embarazo y no lo logra después de dos años, debe acudir al especialista. En este caso, también deben acortarse los plazos a medida que la mujer va cumpliendo años o en caso de que el varón sea mayor de 40 años.
Es importante que si la pareja está formada por un varón y una mujer se haga un estudio de ambos, ya que las causas de esterilidad o infertilidad se reparten entre hombre y mujer prácticamente por igual.
Antecedentes clínicos
Existen diversos problemas andrológicos o ginecológicos que pueden interferir en la fertilidad masculina y femenina y que, por lo tanto, indican la necesidad de acudir a especialistas en reproducción asistida sin necesidad de valorar plazos o la edad de ninguno de los miembros de la pareja. Aunque existen muchas otras, algunas de estas circunstancias son:
- Abortos de repetición sin causa conocida (dos abortos consecutivos o tres en total).
- Embarazos extrauterinos previos. En estos casos, el embrión anida y comienza a desarrollarse fuera del útero, generalmente en las trompas de Falopio, lo que lo hace inviable a medida que va creciendo.
- Cirugías o traumatismos en los testículos que puedan haber afectado a la producción o calidad espermática.
- Haber sufrido paperas en la infancia, una circunstancia que puede ocasionar esterilidad en el varón.
- Endometriosis. Esta enfermedad se caracteriza por la formación de tejido endometrial fuera del útero y está demostrada su relación con la infertilidad femenina.
- Haber pasado por tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
En los centros de reproducción asistida se hacen estudios completos de ambos miembros de la pareja para determinar el origen de los problemas para lograr un embarazo. En función de los resultados de las pruebas será recomendable optar por unas técnicas y descartar otras.
Actualmente no hay ningún comentario sobre este tema.
¡Sé el primero en hacerlo!