Con los avances de los últimos años, los odontólogos tienen a su disposición cada vez más tipos de ortodoncia para realizar los tratamientos. Por ello, una de las primeras cuestiones que formulan los pacientes al acudir a consulta es qué clase de ortodoncia se ajusta más a ellos. Recomendar una u otra dependerá de las necesidades y prioridades de cada persona. Pero veamos los tratamientos de ortodoncia actualmente disponibles y cuáles son sus características principales.
Antes de nada, conviene precisar que todos los tipos de ortodoncia se basan en un mismo principio básico: aprovechar la regeneración continua del hueso y de los tejidos de nuestro organismo para, mediante la aplicación de fuerza de manera medida y prolongada, lograr el desplazamiento de los dientes hacia una posición más estética y funcional.
Podemos clasificar los tipos de ortodoncia en dos grandes grupos: ortodoncia sin brackets y ortodoncia con brackets, en función de si se emplean o no dichos elementos para corregir la posición de los dientes y los problemas de mordida, entre otros.
Ortodoncia con brackets metálicos
Es la ortodoncia más tradicional y se basa en la colocación, en la cara externa de los dientes, de unas pequeñas piezas de acero inoxidable -los llamados brackets- que, unidas por un alambre tensor, ejercen una presión controlada en el arco dental. Con el tiempo, consiguen que se corrija la posición de los dientes. Su principal ventaja es su precio, pues los brackets metálicos son los más económicos. Por contra, el principal inconveniente es que no son estéticos.
Ortodoncia con brackets estéticos
En este tipo de ortodoncia los brackets de material metálico son sustituidos por los llamados brackets estéticos, ya sean cerámicos o de zafiro, materiales muy resistentes que se mimetizan con el diente y que son prácticamente invisibles. Las ortodoncias estéticas están pensadas para aquellas personas preocupadas por el impacto que un aparato dental pueda tener en su imagen. Además, con ellas, el paciente no sacrifica la funcionalidad por la apariencia: tanto los brackets cerámicos como los de zafiro ofrecen resultados muy eficaces a la hora de corregir la posición de los dientes.
Ortodoncia lingual
Los brackets y el arco tensor que los une, en lugar de colocarse en la cara exterior de los dientes, se sitúan en la cara interna, con lo cual esta ortodoncia pasa inadvertida para todos aquellos que desconocen que el paciente lleva brackets. Se trata del método de ortodoncia más avanzado y preciso que existe en la actualidad -los brackets son creados a medida para adaptarse a la forma de cada diente-. Consigue una reducción significativa de los tiempos de tratamiento y de las molestias habituales derivadas de la ortodoncia con brackets convencionales.
Ortodoncia invisible
Emplea alineadores transparentes removibles que no se notan, consiguiendo un excelente resultado estético. Durante el tratamiento con este tipo de ortodoncia, los alineadores transparentes se van cambiando en cada visita al ortodoncista, de tal manera que con la sucesión de alineadores que se van fabricando y empleando se consigue ir empujando los dientes hacia la posición deseada de forma progresiva. Aunque para que el tratamiento sea efectivo se debe llevar el aparato de ortodoncia de forma habitual, al ser una férula de quita y pon, nos permite sacarlo en momentos puntuales, proporcionando una gran comodidad, como en las comidas o para la higiene bucal.
En general y para la mayoría de los casos, cualquiera de estos tipos de ortodoncia puede servir al paciente para lograr su objetivo: tener una sonrisa más bonita y funcional al corregir la posición de los dientes y/o la mordida. El tipo de ortodoncia a elegir dependerá de las necesidades y prioridades de cada paciente, que deberá consultar con su ortodoncista y valorar las diversas alternativas que le ofrezca para tomar la mejor decisión. Porque, una ortodoncia, además de una sonrisa agradable, es sinónimo sobre todo de una boca más sana.
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