Desde pequeño te han enseñado a cepillarte los dientes tres veces al día, después de cada comida principal. Sin embargo, la salud de tus encías no está solo relacionada con el número de veces que te cepillas los dientes, ni con la energía con la que lo haces o el tipo de cepillo que usas, sino que lo está con muchos otros factores.
Existen diferentes creencias sobre el cepillado de los dientes que las tomamos como verdades universales, pero ¿qué necesitas saber para estar seguro de que te estás cepillando bien los dientes?
Técnica de cepillado
“Acabo de comer y tengo mucha prisa, me lavo los dientes rápido pero después uso un colutorio y es suficiente para tener unos dientes sanos”. Esta situación es normal en nuestro día a día. Es muy frecuente dedicar un tiempo mínimo a este proceso, mover el cepillo de arriba abajo de forma autómata, usar una pasta de dientes que produzca mucha espuma y pensar que el colutorio o el hilo dental lo solucionan todo.
Cuando vayamos a cepillarnos los dientes, lo primero que hay que hacer es dedicar aproximadamente 2 minutos a esta tarea; si dedicamos menos tiempo, la placa bacteriana no desaparecerá. La técnica es la parte más importante del cepillado. Cada persona puede tener unas necesidades especiales (por lo que es bueno consultar con el dentista), pero de forma general, hay que colocar el cepillo en un ángulo de 45o con respecto a las encías y moverlo de forma suave hacia arriba y hacia abajo por toda la cara exterior. Para la cara interna de los dientes, la mejor técnica es apoyar la parte superior del cepillo sobre las encías y realizar movimientos verticales. Y por último, es importante llegar a la parte superior de las muelas apoyando las cerdas del cepillo sobre la zona y realizando movimientos de dentro hacia afuera.
Tipo de cepillo
Algunas personas piensan que cepillarse los dientes con un cepillo de cerdas duras es lo más recomendado para acabar con el sarro o las placas. Sin embargo, unas cerdas demasiado duras o un cepillado enérgico pueden dañar el esmalte o producir heridas en las encías. Es mejor que elijamos un cepillo que no tenga las cerdas demasiado duras ni demasiado blandas. En caso de duda, pregunta a tu dentista.
Otra opción muy válida es el cepillo eléctrico; este tipo de cepillo no causa abrasión ni desgasta el esmalte como algunos pueden pensar. Aunque la eficacia del cepillado depende principalmente de la técnica utilizada, la tecnología oscilorotativa puede alcanzar zonas de la boca en las que un cepillado manual no llega.
Un dato muy importante a tener en cuenta es que cada tres meses, o bien cuando las cerdas estén desgastadas, el cepillo debe ser sustituido para evitar que las bacterias proliferen en el mismo.
Pasta de dientes y colutorio
Que la pasta de dientes haga mucha espuma y tenga un buen sabor no son las características principales por las que elegir el dentífrico. Podemos encontrar una gran variedad de pastas dentales en el mercado: blanqueantes, de protección total, para el sarro, para las caries, para dientes sensibles, etc. El criterio principal a tener en cuenta a la hora de elegirlo es el contenido de flúor; esta sustancia ayuda a prevenir las caries y a remineralizar las piezas dentales. Su cantidad adecuada es la correspondiente al tamaño de un garbanzo. Usar más cantidad no es un extra en la limpieza.
Los colutorios no son un sustituto del cepillado, pero son una ayuda importante para llegar a las zonas de difícil acceso. Los hay antisépticos, para prevenir la aparición de caries, para la sensibilidad dental, para la halitosis o para la sequedad bucal; en todo caso, lo importante es utilizarlos correctamente y siguiendo las instrucciones del dentista.
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