La elección y el cuidado del cepillo de dientes son, además de la técnica de cepillado, dos aspectos muy importantes de la correcta higiene bucal.
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se trata de escoger el cepillo de dientes adecuado es que cada boca es diferente y lo que funciona para una persona puede que no resulte para otra. Sin embargo, existen una serie de recomendaciones generales aplicables a la mayoría de los casos. Estos son los detalles a tener en cuenta:
Cómo es el mejor cepillo de dientes
En primer lugar, debemos fijarnos en el material del que están hechas las cerdas del cepillo. Estas deben ser de nailon y sus puntas redondeadas, con el fin de no dañar el esmalte durante la limpieza.
Por esta misma razón, y mientras el odontólogo no indique lo contrario, se aconseja elegir un cepillo «suave”, según los diferentes niveles de dureza disponibles en el mercado. Los cepillos con cerdas más suaves permiten remover mejor la placa y los restos de alimentos debido a su mayor flexibilidad y al mayor rango de movimiento que ofrecen. Los cepillos fuertes pueden dañar las encías y hacerlas sangrar. Las encías son un elemento francamente sensible y muy fácil de lesionar.
Además, es conveniente adquirir cepillos de cabeza pequeña para llegar a todas las áreas de la boca, incluyendo los molares posteriores, de difícil acceso.
En este punto es importante destacar que los cepillos de dientes más económicos no suelen cumplir con sus funciones de forma adecuada. La dentistas recomiendan invertir un poco más de dinero para hacerse con un producto de calidad.
¿Cepillo de dientes manual o eléctrico?
En cuanto al tipo de cepillo de dientes, ¿escogemos uno manual o eléctrico? Lo cierto es que ambos pueden ser igual de eficaces si la técnica de cepillado es correcta. Hay personas que prefieren utilizar un cepillo dental eléctrico. Este puede limpiar mejor los dientes, especialmente en el caso de personas que tienen dificultades para realizar un buen cepillado o que padecen alguna limitación en su destreza manual.
Cuidado del cepillo de dientes
El mantenimiento del cepillo de dientes también es fundamental para evitar que se acumulen en él las bacterias y que un buen cepillo acabe siendo no tan bueno. Estas son las principales pautas a seguir:
- Debe lavarse muy bien con agua después de cada uso, así como secarse al aire libre (la humedad facilita la acumulación de microorganismos), manteniéndose en posición vertical en un vaso o portacepillos.
- No hay que compartirlo. Utilizar el cepillo de dientes de otra persona supone un riesgo de contraer cualquier tipo de infección. Hay que enseñar a los niños a no hacerlo.
- Mientras no se usa, no debe guardarse en recipientes cerrados, ya que de este modo se mantiene la humedad y se facilita el crecimiento de las bacterias. Tampoco debe estar en contacto con otros cepillos de dientes.
¿Con qué frecuencia se debe reemplazar el cepillo dental?
Cada tres meses hay que cambiar de cepillo (manual) o de cabezal (eléctrico). También debe desecharse cuando las cerdas aparecen dobladas. No solo su eficacia se debilita y las cerdas pierden la capacidad de alcanzar los recovecos más difíciles que hay entre los dientes, sino que aumenta la probabilidad de que proliferen gérmenes, hongos y bacterias. Además, un cepillo gastado puede dañar las encías, provocando inflamación, sangrado e incluso la retracción del tejido blando.
Si tienes dudas acerca de su elección o utilización, no dudes en consultar a tu odontólogo.
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