La sensibilidad dental es una patología frecuente en adultos de entre 25 y 45 años, aunque es cierto que la edad no influye en ella y puede presentarse a cualquier edad. Es el dolor dental más frecuente y por el que menos se consulta y se acude al dentista. Se debe tener en cuenta que puede ser el primer síntoma de la existencia de otras patologías que, si se diagnostican tempranamente, pueden ser tratadas de manera efectiva.
¿Qué es la sensibilidad dental?
Es un dolor agudo de corta duración como respuesta a estímulos térmicos, químicos, osmóticos o táctiles.
¿Cómo se produce?
Por una exposición de la dentina (o marfil), debido a una retracción de la encía o un desgaste de la misma de tipo traumático, bien sea por cepillados agresivos y continuados en el tiempo, bien por el consumo de diferentes ácidos en comidas y bebidas.
Factores de riesgo para sufrir sensibilidad o hipersensibilidad dental
He aquí unos cuantos:
- Técnicas inadecuadas de higiene bucal.
- Uso de cepillos dentales con filamentos duros.
- Uso de pastas dentales abrasivas.
- Erosiones químicas del diente producidas por ácidos o acumulación de placa bacteriana en la encía.
¿Y qué personas tienen más riesgo de sufrirla?
Las que se cepillan los dientes con fuerza, las diagnosticadas con recesión gingival, las que están en tratamiento periodontal, las personas bulímicas y las personas con periodontitis, son las más propensas a tener hipersensibilidad en los dientes.
¿Qué relación tiene la dieta en la sensibilidad dental?
Pues mucha, pues las dietas ácidas inciden negativamente sobre los dientes. Son dietas consumidas habitualmente y que se consideran sanas, pero perjudiciales para el esmalte y la dentina, erosionándola poco a poco. El PH critico en el que se disuelve el esmalte está entre 5-5’5.
Algunos bebidas que perjudican nuestros dientes son: el vinagre y el vinagre balsámico, el vino tinto y también el blanco, las bebidas de cola, la cerveza, el zumo de naranja y el de manzana, el café, etc
Por qué es importante tratarla
La sensibilidad dental debe tratarse porque, de no hacerse, podrían aparecer enfermedades periodontales, caries en los dientes y síntomas de otras enfermedades relacionadas con la salud de la boca.
Lo fundamental es poner en marcha medidas preventivas que ayuden a evitar la hipersensibilidad que palíen el dolor y las molestias. El profesional de la consulta dental debe, junto con el paciente, analizar las causas que han provocado la hipersensibilidad dental e intentar evitarlas en un futuro.
Algunos de los consejos para evitar que la sensibilidad de los dientes vaya a más son:
- La supresión de productos ácidos en la dieta (algunos de los que hemos visto anteriormente).
- El uso de cepillos dentales con filamentos suaves.
- El uso de pastas dentífricas no abrasivas.
- Algún tratamiento dental preventivo, desarrollado desde la consulta odontológica, como los tratamientos químicos con pastas o geles o algunas cirugías para cubrir las recesiones gingivales, incluso las endodoncias para matar el nervio.
En resumen y para acabar, queremos apuntarte algunas recomendaciones básicas a seguir si sufres sensibilidad dental:
- Busca al posible origen: analiza las causas que han podido ocasionar la sensibilidad e intenta corregirlas.
- Vigila tu dieta y elimina aquellos alimentos y bebidas que tienen un PH perjudicial para la salud de tus dientes.
- Repasa con tu dentista o higienista dental las técnicas de cepillado que empleas.
- Suaviza tus cepillados dentales y usa técnicas vibratorias, no rotatorias, que son menos agresivas para los dientes.
- No cepilles tus dientes inmediatamente después de haber ingerido alimentos ácidos.
Esperamos haberte sido de utilidad con este post y haberte animado a que protejas tus dientes de la sensibilidad dental.
Fotos | iStock / MariaDubova / Halfpoint
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