Presumir de una sonrisa bonita es una de las prioridades de muchas personas cuando hablamos de estética dental. Nos solemos preocupar de la alineación de las piezas dentales, también y sobre todo del color blanco de nuestros dientes (que cuidamos con distintos tipos de blanqueamientos dentales), pero a menudo nos olvidamos de una de las partes más importantes de nuestra sonrisa: las encías, que sin embargo cobran un gran protagonismo a la hora de sonreír.
¿Qué función cumplen las encías?
Las encías son una parte importante de nuestra boca: están formadas por un tejido conectivo denso que rodea a los dientes. Su función fundamental es la de protección, ya que absorbe las fuerzas que generamos al masticar para que estas no sean transmitidas al tejido óseo.
Además, las encías también protegen las piezas dentales frente a la posible agresión de bacterias y a la entrada de sustancias extrañas mediante el epitelio de unión. Otra de sus funciones es la de ayudar a mantener fijos los dientes a los maxilares.
Las encías, siempre que nuestra boca esté sana, suelen ser de un color entre rosa y rojo pálido, y son muy sensibles: con los roces pueden lastimarse fácilmente llegando a sangrar o a presentar llagas.
¿Cómo podemos mantener unas encías limpias y bonitas?
Para tener una boca sana no solo debemos fijarnos en el cepillado de dientes, sino que además debemos prestarle la atención que merece al cuidado de nuestras encías. De no ser así pueden presentarse patologías serias como la gingivitis o la periodontitis, que pueden llevarnos incluso a perder piezas dentales.
La premisa básica para mantener unas encías limpias y bonitas sería cepillarnos los dientes después de cada comida, y aprender a hacerlo bien: cepillar de forma suave, pues de otro modo pueden dañarse las encías, para eliminar placa, sarro y bacterias, y además utilizar el hilo dental para eliminar los restos de comida que pueden quedar atrapados entre los dientes. El enjuague bucal antibacteriano también nos ayudará a mantener una boca sana, y dos veces al año deberíamos pasar por la consulta de nuestro higienista dental para realizarnos una limpieza profesional.
Cuida tu salud bucodental para evitar estas patologías
Algunos de los problemas más comunes de las encías que no nos permiten presumir de una bonita sonrisa pueden ser las encías inflamadas o las encías sangrantes. Así es como debes cuidarte para acabar con estos problemas.
Encías sangrantes
La causa principal de las encías sangrantes suele ser la acumulación de placa bacteriana en la línea en la que se unen la encía y el diente. Esto suele deberse a una higiene dental deficiente o mal realizada. Cuando la placa no se retira durante mucho tiempo se endurece y se convierte en sarro: la aparición de sarro conlleva un aumento del sangrado de las encías que puede derivar en patologías bucodentales más graves como la periodontitis, que afecta al hueso de la mandíbula y que puede llevarnos a la pérdida de piezas dentales.
Para evitar las encías sangrantes es importante que nos cepillemos los dientes después de cada comida con un cepillo de cerdas suaves y que usemos el hilo dental para evitar la concentración de placa. No se deben utilizar enjuagues bucales que contengan alcohol, sino que, solo tras prescripción médica, podremos enjuagarnos con agua salada o con agua oxigenada rebajada.
Si el sangrado es grave o prolongado es muy importante que contactemos con un profesional médico.
Encías rojas e inflamadas
La aparición de encías rojas e inflamadas suelen ser un síntoma de una patología bucodental conocida como gingivitis. La gingivitis se caracteriza por una inflamación de las encías que destruye los tejidos blandos en los que se encuentran sujetas las piezas dentales. El motivo por el que puede aparecer la gingivitis es, de nuevo, la acumulación de placa bacteriana en la línea de la encía debido a una deficiente higiene bucal. Cuando la placa se convierte en sarro, las bacterias pasan a las encías provocando la inflamación de los tejidos y volviéndolas más sensibles.
En el caso de detectar encías inflamadas, sensibles o sangrantes es importante que acudamos a nuestro médico para que nos realice una exploración. El dentista, una vez hecho el diagnóstico, procederá a realizar una limpieza bucal profesional para aflojar y remover los depósitos de los dientes. Después de esto es necesario que mantengamos una limpieza oral exhaustiva para evitar la reaparición de placa.
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