El sarro consiste básicamente en una calcificación de la placa dental o bacteriana. Por ello, si no se elimina de forma regular, puede acumularse un exceso de sarro que se endurece y se va oscureciendo con el tiempo, pasando de un color blanco a uno amarillento y posteriormente marrón.
No obstante, sin perjuicio de la incomodidad y los problemas estéticos, el exceso de sarro puede también contribuir a otros problemas, por lo no debe dejarse de lado. Entre ellos, puede mencionarse que favorece la inflamación y el sangrado de las encías, la gingivitis o la peridontitis.
Además, puede ser causa de halitosis y caries al debilitarse con el sarro el esmalte dental. Incluso (esto es menos común), puede tener algún papel en el desarrollo de enfermedades cardíacas o cardiovasculares o en problemas digestivos.
¿Por qué aparece el exceso de sarro?
Normalmente, está ligado a una deficiente higiene bucodental, bien por la poca frecuencia en que se cepillan los dientes, bien porque se acumula en zonas de más difícil acceso. En este último sentido, puede aparecer y acumularse, tanto sobre los dientes como entre ellos, pero también entre los dientes y las encías o bajo las encías. También es importante considerar técnica correcta y la duración del cepillado.
No obstante, junto a la deficiente higiene, puede deberse también a otros factores, o a un cúmulo de ellos. También influyen en la acumulación de sarro los hábitos alimentarios e incluso el ph de la saliva, que varía con cada persona. El pH ácido (menor a 5) hace el ambiente propicio para la adherencia bacteriana a la película adquirida, permitiendo la formación de la placa dental.
Dentro de los hábitos alimeticios destacan precisamente aquellos que pueden alterar el ph de la saliva, como bebidas gaseosas, y el alto consumo de azúcares en general, o bebidas alcohólicas.
El tabaco también puede influir negativamente en este problema.
Soluciones para el exceso de sarro
Hablamos de soluciones porque queremos dar protagonismo a la solución preventiva, junto con la ineludible limpieza bucal, para la que ha de acudirse a un odontólogo.
En el caso de que sea necesaria la limpieza bucal, es indolora (aunque también puede aplicarse anestesia con spray en algunos casos) y suelen obtenerse muy buenos resultados.
Solo en los casos más complejos, en los que sea necesario limpiar también bajo las encías, puede ser necesaria algún tipo de anestesia de carácter local.
Eso sí, después apúntate también a la solución preventiva, que incluye, cepillar los dientes tras cada comida, y, utilizar hilo dental para eliminar los restos de comida. Asimismo, también es aconsejable utilizar dentífricos con flúor y procurar no picar entre horas.
El raspado y alisado radicular consiste en la eliminación del sarro que está por debajo de la encía y que no es accesible con una limpieza convencional, esta última la realiza un periodoncista.
También son recomendables las revisiones periódicas de la boca, especialmente si tienes alguna molestia.
Por último, indicar que existen algunas prácticas o alimentos que pueden contribuir a la eliminación de sarro de forma natural. Entre ellas podemos citar:
- Evitar el tabaco y el alcohol que son irritantes para las mucosas y aumentan las probabilidades de sufrir enfermedad de encías
- Se recomienda tomar fruta, en especial, fresas, manzanas y melón. Preferentemente mordidas, y en el caso de la manzana, sin pelar. O verdura, especialmente tomates (por ejemplo, en ensalada). Otros alimentos recomendados son el perejil y las semillas de sésamo.
Con todas estas indicaciones, ya puedes tener el exceso de sarro bajo control.
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