Es difícil alcanzar la placa y los restos de comida que se acumulan debajo de las encías y entre los dientes solo con el cepillado. Según los dentistas, la manera más efectiva de hacerlo es utilizando la seda dental, que también ayuda a controlar el mal aliento. Su uso correcto implica unos dientes y unas encías más sanas, pues la placa es la principal causa de caries y enfermedad periodontal.
Por un lado, la placa contiene bacterias que se alimentan de restos de comida o de azúcar que hay en nuestra boca y, cuando esto ocurre, se libera un ácido que puede carcomer la capa exterior de los dientes (el esmalte) y provocar caries. Por otro lado, si la placa no es eliminada con el cepillado y una limpieza entre dientes, con el tiempo puede endurecerse y formar el sarro, que, al acumularse sobre la línea de las encías, puede derivar en la una enfermedad periodontal como la gingivitis o la periodontitis.
Cuándo utilizar la seda dental
Los expertos recomiendan usar la seda dental al menos una vez al día. Incluso emplearla dos o tres veces a la semana es mejor que no hacerlo nunca. Para ello, lo ideal es elegir un momento de la jornada en el que uno disponga de algunos minutos extra para dedicarlos al cuidado dental más en profundidad.
Quienes se sientan demasiado cansados para hacerlo al final del día, pueden encontrar un hueco a primera hora de la mañana o tras la comida, mientras que otros preferirán dedicar ese tiempo antes de irse a la cama. No importa tanto el cuándo usar la seda dental, sino el hacerlo de una manera regular.
Consejos de uso
No es fácil saber utilizar adecuadamente esta herramienta de higiene bucal si previamente a uno no se lo han explicado. Estos son los consejos básicos:
- Corta un trozo de seda dental que mida como tu antebrazo (alrededor de 50 cm) y enrosca los extremos en el dedo medio de cada mano, hasta que queden unos 5 cm de seda entre mano y mano. De esta forma tendrás los dedos pulgar e índice libres para manipular la seda dental. Procura enroscar la mayor parte de la seda en una sola mano, de manera que, a medida que vayas limpiando los dientes, puedas desplazarla hacia la otra mano, disponiendo siempre de seda limpia.
- Con la seda tensada entre los dedos debes realizar pequeños movimientos de zig-zag, moviéndola hacia ambos lados del diente, en dirección a la encía. Nunca introducir la seda dental en un solo movimiento, porque así lo único que consigues es lesionar la encía y que esta sangre. Recuerda, la encía sana no sangra. Y si al hacer el movimiento de zig-zag observas que te sangran las encías, acude al dentista para que te revise las encías.
- Al llegar al nivel de la encía, limpia con suavidad los restos de placa que se acumulan entre diente y encía, rodeando la base de cada pieza dental con la seda, como cuando rodeas tu espalda con una toalla para secarla, en forma de C. Recuerda hacerlo en cada uno de los extremos del diente.
- Enjuaga la boca para eliminar los restos de alimentos y placa bacteriana. Puedes hacerlo con agua o un colutorioy completar así tu higiene bucal. Recuerda que el colutorio debe contener flúor y nada de alcohol. Evita por tanto los colutorios cuyos ingredientes terminan en –ol ya que son derivados del alcohol. Esos componentes desinfectan pero lesionan la encía por eso hay que evitarlos. Los colutorios de clorhexidina solo deberías de usarlos cuando te los recomiende el dentista ya que su uso prolongado tiñe los dientes de gris.
Tipos de seda dental
En cuanto a las clases de seda dental, se pueden distinguir tres:
- La seda dental,con o sin cera, es la que se emplea más habitualmente. Tiene una amplia superficie plana y está especialmente indicada para personas con espacios interdentales normales, no demasiado grandes. Lo ideal es que lleve también flúor.
- El hilo dental, también con o sin cera, presenta una superficie redondeada y se desaconseja cada vez puesto que se deshilacha y pueden quedar hebras del hilo entre los dientes que son molestas de quitar.
- El Super-floss es una seda específica para las personas con puentes fijos y aparatos de ortodoncia.
No obstante, de emplearse correctamente y según las necesidades particulares, todos los tipos de seda dental son excelentes para eliminar la placa y los restos de alimentos.
Por último, no hay que olvidar que la limpieza con seda dental no debe ser dolorosa. Si es demasiado fuerte, se puede dañar la encía que hay entre los dientes, mientras que si es demasiado floja, quizás no elimine por completo las partículas de comida y la placa.
Es normal sentir cierta incomodidad al empezar a usar la seda dental, pero eso no debe ser óbice para desistir. Con el cepillado y la limpieza entre dientes a diario debería aliviarse esa incomodidad en el transcurso de una semana o dos. De no ser así, es conveniente consultar al dentista.
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