Casi siempre más preocupados por las caries, los implantes o la ortodoncia, no solemos dar a las encías la importancia que se merecen. Sin embargo, la salud de nuestros dientes depende en gran medida de su estado. Constituyen el tejido mucoso que protege la base de los dientes y los unen al hueso, de modo que su papel en la salud bucodental es esencial.
La mayoría de la población adulta en España padece algún problema relacionado con las encías, debido, principalmente, a una alimentación inadecuada y a un mal hábito de higiene bucal. Un 80-85% tiene gingivitis y un 25-40% puede presentar periodontitis, según datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Ostointegración (SEPA).
Gingivitis y periodontitis, principales enfermedades de las encías
La patología relacionada con las encías más leve es la gingivitis, que se produce por la acumulación de placa bacteriana hasta el punto de originar la inflamación, el enrojecimiento e incluso el sangrado de las encías al cepillarse los dientes.
Es fácilmente tratable, pero si no se hace puede degenerar en lo que se conoce como periodontitis. Se trata de la inflamación alrededor del diente que causa la retirada de las encías y favorece la formación de las llamadas bolsas periodontales, acumulaciones de placa bacteriana que llegan a dañar el hueso y los tejidos que sostienen el diente, de manera que este empieza a aflojarse y puede incluso caerse. De hecho, la periodontitis es la causa más común de pérdida de dientes entre la población y una de las mayores amenazas para nuestra salud dental.
Además de estas consecuencias a nivel bucal, en los casos más graves de periodontitis, la placa bacteriana que se acumula en las encías puede pasar a la sangre y afectar a otras partes del organismo, aumentando, por ejemplo, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, de acuerdo con la SEPA. Las enfermedades periodontales también se asocian con la aparición de diabetes tipo 2.
Mientras que la gingivitis requiere de un tratamiento antibiótico para acabar con las bacterias y un curetaje para eliminar el sarro retenido en la línea dental, la periodontitis obliga a intervenciones más agresivas, incluso a la cirugía.
¿Cómo detectar las patologías periodontales?
La existencia de una patología periodontal puede detectarse, además de por la inflamación y el sangrado de las encías, por:
- La existencia de halitosis.
- Dolor al masticar.
- Sensibilidad dental.
- Movilidad de los dientes.
- Retraimiento de las encías.
¿Cómo prevenir los problemas de encías?
Con el objetivo de evitar estas enfermedades y otros problemas, es conveniente:
- Reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares. La alimentación afecta directamente a la salud bucodental, por lo que es clave controlar qué se come y en qué cantidad. Hay que prescindir de mantequillas y bollería industrial, y optar por las carnes magras, el pescado azul y los productos desnatados.
- Vigilar lo que se bebe, sobre todo si se tienen los dientes sensibles. Las bebidas ácidas tienen un efecto negativo en la boca; si están frías y llevan azúcar son todavía más perjudiciales, por lo que es aconsejable moderar o eliminar su consumo.
- Evitar que los dientes se manchen o rompan. El vino tinto, el café, el té, los refrescos de cola y el tabaco pueden provocar la aparición de manchas en los dientes, al igual que el chocolate negro en exceso. Asimismo, hay que tener cuidado al morder alimentos duros con los dientes delanteros.
- Cepillarse los dientes al menos antes de acostarse. El cuidado de la dieta se suma a una correcta limpieza bucal porque la falta de higiene o una inadecuada o insuficiente puede dar origen a las enfermedades de las encías, que, en casos extremos, pueden causar la pérdida de una o más piezas dentales. Es imprescindible cepillarnos, al menos antes de ir a la cama, ya que solo así se podrá mantener una buena salud bucal.
- No posponer la visita al dentista. La prevención es la mejor inversión. Una visita periódica al odontólogo permitirá revisar tanto la salud de los dientes como las tan frecuentemente olvidadas encías, ayudando a prevenir las enfermedades periodontales y, si ya no es posible, al menos frenar su curso.
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