La menopausia es una etapa de la vida de la mujer que acarrea cambios físicos y anímicos. Además de síntomas tan conocidos como los sofocos, los dolores de cabeza o la irritabilidad, influye también en nuestra salud bucodental. Este periodo, que comienza entre los 45-50 años, se caracteriza por una caída de los niveles de estrógenos y progesterona, lo que puede provocar problemas en las encías, la mucosa bucal y el hueso que sustenta los dientes.
Problemas más comunes en la menopausia
- Adelgazamiento de la mucosa bucal. Como consecuencia de la reducción en la producción de hormonas, las mucosas de la boca, al igual que las de todo el cuerpo, se vuelven más frágiles y su función protectora se debilita.
- Sequedad bucal. Las glándulas salivales producen menos saliva, por lo que se presenta sequedad bucal. La secreción salival es importante debido a su función de mantener los tejidos húmedos y a que favorece que la boca esté más limpia al regular la cantidad de bacterias presentes.
- Recesión gingival. La encía, encargada de sujetar el diente, se debilita y retrae, provocando sensibilidad ante agentes externos como bebidas o comida caliente o fría. Esto, unido a la sequedad bucal, puede llevar a desarrollar caries de origen radicular (en la zona del diente más próxima a la raíz).
- Síndrome de la boca ardiente. Se caracteriza por provocar un fuerte ardor y sensación de quemazón o picor que afecta principalmente a la lengua, y en ocasiones, a las encías y los labios.
- Pérdida de hueso. Existen numerosos estudios que establecen una relación directa entre las enfermedades periodontales y la osteoporosis. Y es, precisamente, durante la menopausia cuando estos problemas se agravan. La merma del hueso alveolar influye en su función de sujetar los dientes y, al estar peor fijados, aumentan las posibilidades de que se pierdan, apiñen o deformen.
- Problemas de la articulación temporomandibular (ATM). Los cambios hormonales causan alteraciones anímicas, que en determinados casos pueden llevar a apretar los dientes, siendo incluso necesario el uso de férulas. Usamos la articulación temporomandibular para abrir y cerrar la boca, y en la menopausia se pueden presentar complicaciones como los chasquidos de apertura, dolor a nivel del oído o cefaleas.
- Deterioro dental. Como consecuencia de los años, los dientes pierden brillo y ganan opacidad a la vez que van amarilleando. Además, se puede producir desgaste, por el que los bordes de los incisivos se ven finos y resquebrajados.
Medidas de prevención
Si bien puede que la prevención no evite por completo la aparición de algunos de los problemas mencionados, es seguro que en gran medida mejorarán. Por ello, será de vital importancia:
- Enriquecer nuestra dieta con aquellos alimentos que contienen vitamina A, E y C. Estas fortalecen la piel y las mucosas. Se pueden obtener a través de la dieta o de suplementos específicos.
- Hidratarse correctamente. Para conseguir más hidratación en la boca y disminuir la placa bacteriana es muy importante hidratarse adecuadamente y tomar dos litros de agua cada día. Si la sequedad de boca causa molestias, se pueden tomar caramelos o chicles sin azúcar con sabor cítrico, ya que estimulan las glándulas salivales.
- Extremar las medidas de higiene bucodental. Se debe adquirir un correcto hábito de higiene dental diaria para encías sensibles con un buen cepillado, hilo dental y colutorio específico para cada caso. Al escoger la pasta de dientes debemos buscar las que tienen un índice de abrasividad bajo o medio y, en cuanto al cepillo, conviene optar por los que tienen filamentos suaves porque no dañan el esmalte.
- Acudir con regularidad al dentista. Es aconsejable someterse anualmente a una o dos revisiones profundas de los dientes y encías. Este se debilita mucho con la edad y generalmente ese deterioro es bastante asintomático, al menos inicialmente.
Gracias a los avances técnicos y una mayor concienciación social, las mujeres de mediana edad de hoy en día pueden lucir una dentadura agradable y sana. Eso sí, será necesario cuidar especialmente la higiene bucal y visitar con regularidad al dentista. La menopausia no tiene por qué borrar la sonrisa.
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