Cuidar la salud bucodental desde que salen los primeros dientes es fundamental para prevenir problemas futuros a medida que uno envejece. Adoptar desde pequeños hábitos de higiene como cepillarse los dientes después de las comidas, llevar una dieta variada y equilibrada, y visitar regularmente al odontólogo son el mejor pasaporte para lucir unos dientes sanos y bonitos a lo largo de toda la vida. Estos son los principales consejos a tener en cuenta en cada etapa.
El cuidado de la boca en los niños
– Cepillarse los dientes al levantarse, después de comer y antes de ir a la cama. A veces los niños se saltan el cepillado de la noche porque tienen mucho sueño, pero es el más importante, pues las bacterias que se alojan en la boca actúan especialmente por la noche. Por ello, es esencial que se vayan a dormir con los dientes limpios.
– Llevar una dieta sana y evitar los azúcares. Una alimentación variada y equilibrada es el aliado ideal de una boca sana. No solo hay que evitar o reducir el consumo de azúcares -chucherías, helados, caramelos, refrescos, zumos- porque favorece la aparición de caries, sino ingerir alimentos que fortalezcan los dientes, como lácteos, verduras y frutas. Después de comer dulces, hay que enseñar a los más pequeños a lavarse los dientes (y si en ese momento no es posible, como mínimo beber un poco de agua).
– Visitar regularmente al odontólogo. Las revisiones deberían ser cada seis meses para controlar la posición de los dientes, la caída de los dientes de leche y la salida de los definitivos. También para comprobar si hubiese caries o aplicar selladores para minimizar su aparición.
El cuidado de la boca en los adultos
– Abandonar el tabaco. Además de cepillarse los dientes tras las comidas, usar hilo dental y cuidar la alimentación, es fundamental dejar de fumar. Este hábito tan poco saludable aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón y otros tipos de cánceres, pero también agrava problemas como los de encías y las caries.
– Combatir los problemas de encías. Es muy común en los adultos la enfermedad periodontal, consistente en la infección de los tejidos de las encías y de los huesos que sirven de sostén a los dientes, siendo una de las principales causas de pérdida de las piezas dentales en los adultos. Sobra decir que una mala higiene bucal empeora mucho esta enfermedad, que se origina en la placa bacteriana. La buena noticia es que se puede combatir y para ello es clave el diagnóstico temprano.
– Aplacar el estrés. Debido al acelerado ritmo de la vida diaria, cada año aumenta el número de pacientes afectados por bruxismo (rechinar y/o apretar los dientes involuntariamente), lo que no solo desgasta los dientes afeándolos, sino que puede producir problemas articulares y dolores de cabeza y de musculatura facial/craneal.
– Mejorar la estética de la boca. Nunca es tarde para mejorar nuestra salud e imagen. En la actualidad, son muchos los pacientes que recurren a la ortodoncia, reponen piezas perdidas gracias a los implantes, tapan alteraciones de la forma y el color de los dientes con carillas o los ponen más blancos con técnicas de blanqueamiento. Unos dientes bien colocados se ensucian menos y se limpian mejor.
El cuidado de la boca en los mayores
– Prevenir las caries radiculares. El deterioro de los dientes conforme nos hacemos mayores no solo afecta al esmalte, sino también a la raíz. Las caries radiculares, las que se dan en la propia raíz del diente, suelen ser las más comunes en la tercera edad. El motivo es que la retracción de las encías fruto del envejecimiento expone ahora zonas que antes estaban protegidas por el esmalte dental, predisponiendo a la aparición de caries. Por ello, es importante utilizar un cepillo adecuado que ayude a alcanzar la zona radicular; cepillarse los dientes después de cada comida con pasta fluorada; usar hilo dental y reforzar la higiene con enjuagues bucales.
– Combatir la sensibilidad dental. Al estar la raíz más expuesta y los dientes más desgastados, la sensibilidad dental puede aparecer o agravarse en la tercera edad. Eso hace que determinadas zonas sean particularmente sensibles al dolor ante el consumo de alimentos y bebidas frías o calientes, ácidas o dulces. Es recomendable utilizar pasta para dientes sensibles y, si persiste el problema, consultar al dentista.
– Beber muchos líquidos. La sequedad bucal es muy común en las personas mayores y suele estar causada por enfermedades asociadas a la edad y a la medicación que toman para éstas. Si no se trata, puede originar distintas patologías sobre encías y dientes. Para prevenir la sequedad se aconseja beber muchos líquidos. Tomar dos litros de agua al día ayudará a la generación de saliva y protegerá los dientes. No obstante, también se puede recurrir a determinados productos, como espráis o enjuagues bucales, aunque siempre bajo prescripción del odontólogo.
Recuerda que una sonrisa bonita, con unos dientes sanos y agradables, no solo es símbolo de felicidad, sino también de salud, y que es posible lucirla a cualquier edad si mimamos desde niños nuestros dientes y encías.
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