Los métodos anticonceptivos son necesarios cuando mantenemos relaciones sexuales y y no queremos tener riesgo de que haya embarazo y, en algunos casos, como medio de protección frente a diferentes enfermedades de transmisión sexual. No corresponde solo a una parte de la pareja el hacerse cargo de qué método anticonceptivo se utiliza, sino que debe ser algo consensuado y ambas partes deben estar debidamente informadas.
Existen diferentes métodos anticonceptivos que podemos utilizar dependiendo de cuáles sean nuestras necesidades o el momento de la vida en el que nos encontramos (¿no queremos tener hijos por ahora pero queremos tenerlos en un futuro? ¿O no queremos tenerlos definitivamente?). Nuestro ginecólogo es el profesional que, las preguntas y pruebas necesarias, nos aconsejará sobre el anticonceptivo más indicado en nuestro caso.
Dentro de los anticonceptivos hay distintos tipos, ¿los conoces todos?
Métodos anticonceptivos naturales
Los anticonceptivos naturales son aquellos sin ningún tipo de efecto secundario y que además no son invasivos, ya que no requieren de ningún tratamiento con hormonas. También son los menos aconsejables de entre todos los que podemos encontrar ya que tienen un elevado índice de fracaso al basarse simplemente en la estadística y en la observación y no nos protegen de las enfermedades de transmisión sexual. Además, es necesario abstenerse de practicar el coito durante unos días concretos del ciclo, por lo que no podremos vivir nuestra sexualidad tan libremente como queramos. Dentro de los métodos anticonceptivos naturales podemos encontrar:
- Método Ogino: quizás el más conocido y muy utilizado en España durante los años 70 y 80. Este método se basa en no practicar el coito durante los días previos y posteriores a la ovulación, cuando hay más posibilidades de que el óvulo sea fecundado. Para conocer cuáles son estos días es necesaria una observación personal de, como mínimo, 12 ciclos menstruales (un año completo) y a partir de ahí realizar unas operaciones matemáticas. Obviamente, no es recomendable por su baja eficacia.
- Método de la temperatura basal: otro método bastante conocido hace décadas que basa su eficacia en no tener relaciones sexuales durante el período más fértil del ciclo, que se produce justo después de la ovulación, cuando la temperatura de nuestro cuerpo sube ligeramente (es cuestión de décimas). Para saber cuáles son los días fértiles es necesario que tomemos nuestra temperatura todas las mañanas al despertarnos y que la apuntemos en una gráfica: los puntos más altos de la gráfica se corresponderán con nuestros días fértiles. La desventaja de este método es que nuestra temperatura corporal depende también de otros factores, tanto ambientales como personales (una enfermedad ligera como una gripe puede hacer que suba la temperatura). Por todo, esto tampoco es muy eficaz.
- Método Billings o método del moco cervical: fue creado en los años 50, y se basa en la observación del propio moco cervical para determinar los días más fértiles y evitar así tener relaciones sexuales en ese período. El flujo vaginal va cambiando durante el ciclo menstrual tanto en su espesor como en su cantidad: es más transparente, viscoso y elástico cuando nos encontramos en los días fértiles, mientras que el resto del ciclo hay una mayor sequedad. Para poder utilizar este método era necesario tomar un curso. Es poco fiable ya que se basa en la observación de la propia persona, y además hay otros factores que pueden influir en le generación de flujo vaginal (ciclo menstrual, tratamiento con antihistamínicos, diuréticos, fármacos para dormir, etc.).
- Coito interrumpido: también conocido como «marcha atrás». Consiste en realizar el coito pero retirando el pene de la vagina justo antes de eyacular para evitar el embarazo. Es poco efectivo porque antes de eyacular se expulsa el liquido preseminal, en que también se encuentran espermatozoides, por lo que la fecundación del óvulo puede darse de igual manera. Además puede crear una gran insatisfacción sexual al no mantener relaciones sexuales completas.
Métodos anticonceptivos de barrera
Los métodos de barrera se llaman así porque impiden el paso del esperma al útero. Se suelen utilizar cuando no tenemos una pareja estable, cuando se está iniciando una relación o como protección frente a enfermedades de transmisión sexual. El único que nos protege frente a enfermedades de transmisión sexual es el preservativo masculino. El femenino protege menos porque la vagina puede quedar expuesta al contacto con el pene y con el eyaculado.
- Preservativo masculino: uno de los métodos anticonceptivos más eficaces (un 98%) y uno de los más utilizados, al protegernos frente a las enfermedades de transmisión sexual. Consiste en un recubrimiento de caucho o vinilo que se coloca sobre el pene erecto antes de mantener relaciones sexuales. Además suelen tratarse con espermicida para ofrecer una mayor protección. El único problema que pueden presentar los preservativos es que se pueden romper (generalmente debido a una colocación errónea), por lo que es necesario recurrir a un anticonceptivo de emergencia.
- Preservativo femenino: es relativamente nuevo (nació en los años 90) y es muy similar al preservativo masculino. Se trata de una capa de poliuretano o nitrilo que se introduce en la vagina y, gracias a su humedad y temperatura queda adherido a las paredes de la misma. Se puede colocar cómodamente gracias a su estructura con dos anillos (uno cerrado que se introduce en la vagina y otro abierto para cubrir el clítoris y los labios vaginales) y puede llevarse puesto hasta 8 horas. Protege de igual manera que el preservativo masculino y tiene un índice de rotura menor.
- DIU o dispositivo intrauterino: el dispositivo intrauterino es muy cómodo, ya que una vez colocado puede durar entre 3 y 5 años, pero debe ser siempre colocado por un ginecólogo y requiere de revisiones periódicas. Consiste en un dispositivo de plástico con forma de T y con un hilo colgante en su extremo que se coloca dentro del útero, evitando así el paso de los espermatozoides o que el óvulo se adhiera a las paredes del útero. Su eficacia se basa en que el dispositivo altera el microclima del útero para evitar así la fecundación. Hay algunos dispositivos intrauterinos que liberan hormonas y hacen que disminuya el sangrado de la regla. El ginecólogo puede aclararte cuál es el mejor para cada mujer.
- Diafragma y capuchón cervical: ambos métodos son prácticamente iguales, solo que el capuchón cervical es bastante más pequeño. Consisten en un dispositivo de caucho o látex que cubren el cuello uterino, impidiendo así el paso de los espermatozoides y la fecundación del óvulo. En ambos casos el dispositivo debe utilizarse junto con espermicida, puede colocarse antes (el diafragma de 2 a 6 horas antes del coito, y el capuchón cervical hasta 24 horas antes) y deben mantenerse dentro de la vagina de 6 a 8 horas después de haber mantenido las relaciones sexuales (y nunca más de 24).
Métodos anticonceptivos hormonales y químicos
Los anticonceptivos hormonales son muy utilizados en la actualidad, no solo para evitar el embarazo, sino también para regular los períodos y hacerlos menos dolorosos. Es necesario que sean recetados por el ginecólogo ya que, dependiendo de nuestro caso, nos recomendará el que más se adecue a nuestras necesidades (con hormonas de diferente perfil y acción). Estos métodos anticonceptivos no protegen frente a enfermedades de transmisión sexual.
- Anillo vaginal: muy cómodo ya que requiere colocarse solo una vez al mes. Se trata de un anillo de plástico flexible, transparente y suave que puede ser colocado por una misma como si se tratase de un tampón. Este anillo va liberando dosis bajas de hormonas a lo largo de todo el mes para impedir la ovulación. El anillo se coloca en la vagina, no se mueve, y allí permanece durante las 3 semanas del ciclo, sacándolo en la cuarta semana. No hace falta quitarlo durante las relaciones sexuales y es imperceptible tanto para la mujer como para el hombre. Su ventaja es la comodidad (sólo hay que controlar la fecha de colocación y la fecha de retirada) y su buena tolerancia porque las hormonas que libera no pasan por el estómago y van directamente a la sangre a través de la pared vaginal.
- Píldora anticonceptiva: otro de los métodos más utilizados. Se debe tomar una píldora diaria y a la misma hora durante los 21 días del ciclo, descansando en la última semana en la que o bien no se toma nada, o bien se toma un placebo (para no perder la costumbre de la píldora). Estas píldoras contienen diferentes porcentajes de estrógenos y progestágenos que previenen la ovulación. La mayor desventaja de la píldora anticonceptiva es que no puede utilizarse con antibióticos, ya que pierde su eficacia, y además tiene numerosos efectos secundarios como cambios de peso, bajada de la libido o depresión. Estos efectos dependerán de la cantidad de cada hormona que contenga la píldora, de modo que lo mejor es hablar con el ginecólogo para encontrar la píldora adecuada en cada caso. Si un día se olvida tomarla y no la reemplazamos en 12 horas la protección disminuye por lo que es necesario utilizar otro método anticonceptivo de barrera.
- Parches anticonceptivos: se trata de un parche adhesivo que se coloca en casi cualquier parte del cuerpo (se suele llevar en zonas no muy visibles) y que libera hormonas durante una semana. A los 7 días es necesario cambiarlo por otro nuevo. El parche se cambia durante 3 semanas, y la cuarta se descansa, y es cuando debería aparecer la menstruación. El adhesivo es muy potente y se mantiene en su lugar incluso en condiciones de mucho calor y humedad, como al bañarse o al hacer deporte. La principal ventaja es que solo se necesita hacer 3 cambios al mes y como no pasa por el estómago se tolera mejor.
- Anticonceptivo subdérmico: se trata de un pequeño implante subcutáneo con forma de varilla que se coloca en el brazo y que nos ofrece protección frente al embarazo durante 3 a 5 años (después se retira). Este método anticonceptivo hormonal no contiene estrógenos, por lo que es una buena opción para las pacientes que no pueden tomarlos. Sus ventajas son que no debemos preocuparnos por colocarlo o tomar una píldora diaria, con el consecuente riesgo de olvido que representa, y que su eficacia es altísima, del 99%. Como desventajas, se reduce su efectividad en pacientes obesas (IMC mayor de 30) y puede presentar alteraciones del ciclo como manchados entre reglas.
- Inyección intramuscular anticonceptiva: se trata de una inyección mensual, bimestral o trimestral que el ginecólogo aplica en los primeros cinco días de la menstruación. Son hormonas que cumplen tres funciones en nuestro organismo: atrofian el endometrio, engrosan el moco del cuello del útero e inhiben la ovulación. No es apto para todas las mujeres: no pueden usarlo las mayores de 35 años, tampoco si tenemos enfermedades cardiovasculares, diabetes o migrañas, entre otras. Su efectividad es muy alta y no requiere de una rutina diaria, aunque sí de una visita a nuestro ginecólogo cada cierto tiempo.
- Minipíldora o píldora sin estrógenos: sólo lleva progestágenos. Se toma un comprimido diario sin semana de descanso y siempre a la misma hora (en este caso es más importante el ser estricto con las horas de las tomas aún más que con la píldora tradicional). Es la única píldora que, debido a que no tiene estrógenos, se recomienda durante la lactancia porque no tiene efectos en el bebé.
- Píldora trifásica: se trata de un método anticonceptivo altamente eficaz de dosis hormonales bajas con un balance hormonal suave y escalonado, y que imita el ciclo fisiológico de la mujer en forma secuencial progresiva. Las píldoras van combinando diferentes niveles de estrógenos y progesterona dependiendo de la fase en la que nos encontremos.
Métodos anticonceptivos quirúrgicos
Estos métodos son definitivos y no reversibles, de modo que la pareja debe estar de acuerdo y muy seguros de que no van a querer concebir un hijo en el futuro. Ambas operaciones (la ligadura de trompas en el caso de la mujer y la vasectomía en el caso del hombre) no afectan al deseo sexual ni a las relaciones sexuales, y además no se impide la menstruación ni la eyaculación, pero una vez realizadas ya no es posible volver a la situación anterior de fertilidad.
Métodos anticonceptivos de emergencia
También conocida como «la píldora del día después», es una píldora que se debe tomar cuando hemos tenido relaciones sexuales sin protección anticonceptiva o ha fallado y no se desea embarazo, por ejemplo si se ha roto el preservativo o si hemos mantenido relaciones sin un método anticonceptivo. Hasta hace pocos años solamente se dispensaba en los centros de planificación familiar, aunque ahora puede encontrarse en la mayoría de las farmacias.
Esta píldora actúa retrasando la ovulación, lo cual evita el embarazo, aunque no siempre: depende mucho del momento en que se suministre. Es efectiva durante las primeras 72 horas después de la relación de riesgo, pero su efectividad cae casi hasta la mitad en las últimas 24 horas, por lo que es importante tomarla lo antes posible.
Es importante saber que la píldora del día después solamente debe utilizarse en casos de emergencia y no como anticonceptivo habitual, ya que su carga hormonal es muy grande (1,5 mg de levonorgestrel, un esteroide sintético que imita los efectos de la hormona progesterona).
Actualmente no hay ningún comentario sobre este tema.
¡Sé el primero en hacerlo!