Una de las principales preocupaciones de los padres cuando tienen un hijo es la muerte súbita, la cual suele ocurrir en menores de seis meses. Por ello, y con el objetivo de evitarlo, la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha publicado una guía con 18 recomendaciones basadas en 63 estudios, en las que habla del colecho, entre otras cosas.
No recomiendan el colecho
Según estas, los recién nacidos deberían dormir en la misma habitación que sus padres los primeros seis meses e, incluso, el primer año de vida. Eso sí, la AAP aconseja que lo hagan en una cuna y no con sus padres. Solo se debe llevar a los bebés a la cama de los padres para alimentarlos o confortarlos, pero deben volver a su propia cuna cuando los progenitores se dispongan a dormir.
«Sabemos que los padres pueden verse superados por la llegada al mundo de un niño y queremos proporcionarles una guía sencilla y clara sobre la forma y el lugar para dormirlos», explica la autora principal de estos consejos, Rachel Moon.
¿Por qué es tan importante que los padres compartan habitación con el bebé?
La primera actualización de las recomendaciones de la AAP desde 2011 para crear un entorno de sueño más seguro para los lactantes, conocida en octubre de 2016, asegura que compartir la habitación «puede reducir el riesgo de muerte súbita de los bebés en un 50%». Tener al bebé cerca permite una monitorización más sencilla y poder calmarlo o alimentarlo en función de sus necesidades. Además, «dado que el bebé está próximo a los padres, estos podrían notar cualquier problema con más rapidez», asegura el doctor Paul Jarris, otro de los autores de la guía.
Asimismo, según Moon, la lactancia materna reduce en un 50% la muerte súbita del lactante, así como el uso del chupete una vez la lactancia esté perfectamente establecida.
La AAP recomienda acostar a los bebés sobre su espalda en una superficie firme, envuelta en una sábana bien ajustada, así como evitar mantas, almohadas o peluches que pudieran cubrirlos y generar un calor excesivo. También se aconseja a las madres que amamanten a sus hijos en la cama, que eliminen almohadones o cualquier otro objeto que pueda asfixiar al bebé si se quedan dormidas.
Los bebés corren un mayor riesgo de muerte súbita entre el primero y el cuarto mes de nacidos, pero nuevos estudios muestran que las mantas, almohadas y otros objetos blandos son peligrosos incluso para los bebés mayores de cuatro meses, de acuerdo con la AAP.
¿Qué es el síndrome de muerte súbita y cuál es su incidencia?
El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es la muerte repentina e inesperada de un bebé menor de un año aparentemente sano. Si no se determina ninguna causa específica de la muerte, se suele indicar que se debe a este síndrome. Las investigaciones sugieren que el SMSL puede relacionarse con una serie de factores distintos.
Según datos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, el SMSL constituye la primera causa de muerte posneonatal (entre el primer mes y el año de vida) en los países desarrollados, suponiendo el 40-50% de dicha mortalidad. Su frecuencia varía geográficamente. «Entre los países con tasa alta (3 a 7 por mil nacidos vivos) se encuentran Australia (especialmente Tasmania), Nueva Zelanda e Irlanda del Norte. Los países occidentales, entre los que se encontraría España, tienen una tasa intermedia (1 a 3 por mil nacidos vivos), mientras que Hong Kong, Japón y Suecia presentan una tasa baja (0,05 a 1 por mil nacidos vivos)».
Las 18 recomendaciones para un sueño seguro
Las tres normas básicas para un sueño seguro del lactante son que duerma solo, boca arriba y en una cama separada de la de sus padres, resume Moon. Estas son las 18 recomendaciones de la AAP para reducir el riesgo de muerte súbita del bebé:
1. Coloque al bebé boca arriba para dormir al menos hasta el primer año de edad. Esta posición no aumenta el riesgo de asfixia.
2. Póngale a dormir en una superficie firme.
3. Aliméntelo con lactancia materna siempre que sea posible.
4. Los niños deben dormir en la habitación de los padres, pero en cama separada durante el primer año. Obligatoriamente en los primeros seis meses.
5. Retire de la superficie de la cama objetos blandos y ropa de cama.
6. Ofrézcale el chupete durante la siesta y al acostarse.
7. Evite la exposición al humo durante el embarazo y tras el nacimiento.
8. Evite el alcohol y las drogas durante el embarazo y después del nacimiento.
9. Evite el sobrecalentamiento del bebé y los gorros para dormir.
10. Las mujeres embarazadas deben recibir atención prenatal regular.
11. Los bebés deben ser vacunados de acuerdo con el calendario establecido.
12. Evite el uso de dispositivos no recomendados para el sueño seguro, tales como cuñas y posicionadores.
13. Los monitores cardiorrespiratorios en el hogar no reducen el riesgo de muerte prematura del lactante.
14. Supervise el tiempo que el bebé pasa boca abajo mientras está despierto para ayudar a su desarrollo y reducir al mínimo la plagiocefalia posicional: «Jugar boca abajo, dormir boca arriba».
15. No hay evidencia de que los pañales reduzcan el riesgo de muerte prematura del lactante.
16. Siga las indicaciones de su pediatra, neonatólogo o profesional de la salud y de las unidades de cuidados intensivos neonatales para reducir el riesgo de muerte prematura del lactante.
17. Se deben promover las recomendaciones de sueño seguro para reducir aún más las muertes relacionadas con el sueño.
18. Se debe continuar la investigación y vigilancia sobre los factores de riesgo.
La Asociación Española de Pediatría piensa algo diferente con respecto al colecho
Como veis, la AAP considera que lo ideal es que los padres no duerman con los hijos en la misma cama, que no practiquen lo que conocemos como colecho. Sin embargo, como referencia de las instituciones españolas, la Asociación Española de Pediatría (AEP) publicó en el año 2014 unas recomendaciones de consenso al respecto -que no han sido modificadas aún pese a las nuevas indicaciones de la AAP-, en las que decía lo siguiente:
La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL en más del 50%.
Y después confrontaba estos datos con la necesidad de los bebés de ser amamantados a demanda:
La lactancia materna tiene un efecto protector frente al SMSL y, por otro lado, el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de SMSL por lo que no debe ser recomendado en:
- Lactantes menores de tres meses de edad.
- Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
- Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
- Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
- Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones.
- Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.
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