Si queremos complementar nuestra higiene bucodental, llevada a cabo a través del cepillado tras cada comida, un colutorio y las visitas regulares a los odontólogos e higienistas, hemos de procurar mantener una dieta que evite que nuestros dientes se perjudiquen más de la cuenta.
De este modo, debemos aumentar la ingesta de aceites de pescado, fibra, frutas y vegetales, y reducir los niveles de azúcares refinados y grasas saturadas, como parte de las medidas preventivas y terapéuticas de la enfermedad periodontal y de las caries (patologías más comunes).
Alimentos ácidos
Muchos alimentos saludables tienen la particularidad de que son ácidos (comos los cítricos, ricos en vitamina C), pero como señala Cristina Serrano Sánchez-Rey, miembro del grupo de trabajo entre la Sociedad Española de Periodoncia y la Sociedad Española de Diabetes, «aunque pueden ser saludables para el organismo en general, no lo son necesariamente para el esmalte y la dentina».
Además, el cepillado inmediato a la ingesta de ácidos puede provocar un mayor desgaste del esmalte. En consecuencia, algunos especialistas en hipersensibilidad dentinaria recomiendan separar el cepillado de los momentos de exposición al ácido, por ejemplo cepillarse los dientes transcurridos al menos treinta minutos de la ingesta del alimento ácido.
No solo son ácidos los cítricos, sino que hay muchos alimentos con ácidos ocultos, como el de los refrescos gaseosos y bebidas energéticas. No importa que las bebidas sean light o bajas en azúcares, pues lo que provoca el daño es el pH, que es idéntico también en las bebidas sin azúcar.
El pH crítico en el que se disuelve el esmalte está en torno a 5 o 5,5, pero la mayoría de los zumos de frutas tienen un pH por debajo de este punto. El pH del zumo de naranja natural oscila entre 2,92 y 5,27 (las naranjas de Valencia tienen un pH de 3,35, mientras que las mandarinas presentan un pH de 2,92).
Las bebidas energéticas también presentan este problema: una investigación estadounidense observó que un 35% de los atletas universitarios presenta erosión dental asociada a estas bebidas.
Una excesiva ingesta de té verde también puede ser negativa para nuestros dientes, sobre todo debido a los taninos, así como la sequedad bucal que propicia esta bebida (que puede contrarrestarse con la ingestión suficiente de agua).
Asimismo el consumo excesivo del té o el café puede ocasionar daños en la superficie de la pieza dental debido al calor de estas bebidas. También el color de estas bebidas puede alterar el color natural de la dentadura con el paso del tiempo y el exceso de consumo.
El color oscuro del aceite balsámico hace que sea un alimento que causa dientes amarillentos, pero podemos contrarrestar sus efectos si consumimos lechuga: ésta forma una película sobre los dientes que actúa como una barrera a los alimentos que puedan manchar las piezas dentales.
Arándanos y otros alimentos beneficiosos
Un alimento especialmente beneficioso es el arándano: es una de las frutas que más polifenoles antioxidantes presenta, en este caso las proantocianidinas, moléculas que tienen capacidad antiinflamatoria y antibacteriana, por lo que son muy eficaces en la prevención de las enfermedades periodontales.
Con todo, el arándano no es la panacea y su abuso también puede ser perjudicial, sobre todo si no la encontramos en forma de fruta fresca en el supermercado: al ingerirse deshidratado estamos también tomando muchos azúcares, y resulta más pegajoso con nuestros dientes, permaneciendo más tiempo en la superficie dentaria y, en consecuencia, aumentando el riesgo de caries.
El vino tinto presenta un tipo de polifenoles (el resveratrol), que son positivos para la salud periodontal, pero también debe ser consumido en pequeñas cantidades, que no excedan un pequeño vaso diario. El vino tinto en exceso o el consumo de alcohol en general puede tener relación con casos de cáncer oral y periodontitis.
Por otro lado, los aceites de pescado azul, sobre todo del salmón, es de los pocos alimentos que presentan vitamina D, necesaria, junto con el calcio, para el correcto desarrollo y mantenimiento óseo.
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