Son cada vez más las personas mayores que deciden seguir un tratamiento de ortodoncia, sea por razones estrictamente estéticas o porque tienen problemas oclusivos que inciden de forma más negativa en su salud bucodental. Aunque la primera motivación sigue siendo la estética, crece el número de tratamientos por motivos de salud.
Según el Estudio Sanitas Bucodental 2017 un 31,7% de las personas en edad adulta que se han sometido a un tratamiento de ortodoncia lo han hecho por motivos estéticos, frente al 29,5% que se ha sometido al tratamiento por razones de salud. En 2016, los porcentajes fueron del 29,3% y del 25% respectivamente. Un año más, sigue la tendencia al alza de la ortodoncia en adultos pero con una mayor concienciación sobre la importancia para la salud.
“Se suele pensar que un tratamiento de ortodoncia se debe a causas estéticas como arreglar piezas montadas o torcidas, así como corregir la falta de simetría. Pero no es lo fundamental. Solucionar aspectos funcionales como la mordida o la masticación está en el origen de muchos tratamientos. Cuando los dientes no están bien colocados el maxilar superior no encaja bien con la mandíbula y esto puede traer muchos problemas, que pueden parecer ajenos a la salud dental como problemas de espalda, cervicales, o dolores de cabeza”, explica Patricia Zubeldia, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
“En realidad es difícil separar salud de estética”, añade la odontóloga. La ortodoncia mejora la sonrisa y la salud bucal. Además de aportar estética, ayuda a prevenir patologías en la articulación temporo-mandibular, mejora la durabilidad de cualquier tratamiento que se realice en la cavidad oral, como empastes o implantes, y evita desgastes prematuros y anómalos de las piezas dentales. También evita una patología periodontal o el agudizamiento de esta.
La preferida, la ortodoncia invisible y removible
La ortodoncia ha avanzado mucho y los sistemas actuales aportan gran comodidad y estética. Lo idóneo es visitar a un ortodoncista para que valore cada caso de manera personalizada.
En cuanto al tipo de aparatos que se utilizan para la ortodoncia en los adultos, no hay diferencias con los usados en los niños o adolescentes. Lo que sí es cierto es que en la mayoría de los casos se opta por la ortodoncia invisible, puede ser ortodoncia lingual o removible; o por la estética, en la que los brackets son de porcelana, circonio o zafiro y que resultan menos perceptibles desde el exterior que los aparatos de metal. Ambas opciones satisfacen la preocupación por la imagen que tienen los adultos, especialmente si se tiene en cuenta que los tratamientos pueden durar más de dos años.
Según el Estudio Sanitas Bucodental 2017, en el caso de llevar ortodoncia, un 61,3% de los encuestados se dejaría asesorar por el dentista, un 11,8% optaría por la ortodoncia invisible y un 7,7% por los brackets estéticos. En la adolescencia, la preocupación por la imagen se acentúa. Así, el 49,4% se dejaría asesorar por el dentista mientras que un 22,5% optaría por la ortodoncia invisible.
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