Rotundamente no. La respuesta a la pregunta que encabeza este artículo está clara atendiendo a los consejos de los dentistas españoles, que apuestan por el uso de colutorio como herramienta complementaria de un buen cepillado; y que además se trata de un producto que no tiene por qué emplearse a diario, sobre todo, dependiendo del tipo de colutorio y de las características de cada persona. Incluso, hay ocasiones en las que entraña riesgos.
¿Qué es el colutorio?
Los enjuagues bucales o colutorios son un método auxiliar del cepillado de dientes, al igual que lo son la seda dental o los cepillos interdentales o interproximales. Por ello, es recomendable para intensificar, profundizar y mejorar la higiene bucal, pero siempre que no sustituya al cepillado, sino que lo complemente, porque puede ayudar a combatir las caries, reducir la gingivitis o mejorar los problemas de halitosis.
‘Cuatro de cada diez españoles usan colutorio a diario, según el ‘Libro Blanco: Encuesta Poblacional sobre la Salud Bucodental en España’, hecho público en 2010. El 62 por ciento de los entrevistados había empleado enjuague bucal alguna vez. El empleo de este método complementario al cepillado ha crecido en los últimos 15 años, pasando del 16 por ciento que lo empleaban de manera habitual en 1995 -cuando el Conejo General de Dentistas de España publicó el primer Libro Blanco- al 56 por ciento en 2010.
Sin embargo, los autores de estos análisis sobre los hábitos de salud bucodental entre los españoles consideran que se debe analizar más detenidamente qué tipo de colutorios están siendo utilizados por la población española porque «no es lo mismo usar colutorios fluorados que emplear de manera indebida y sin control colutorios antisépticos».
Así, apuestan por informar acerca de sus ventajas y limitaciones. «Es fundamental transmitir el mensaje inequívoco de la complementariedad de este método auxiliar, que en absoluto puede sustituir a un correcto cepillado«, afirman los dentistas españoles entre las recomendaciones recogidas en su segundo Libro Blanco.
Tipos de colutorios
Aunque se fabrican colutorios enfocados a distintos problemas y con diferentes características -anticaries, dientes y encías sensibles, halitosis, antisépticos, infantiles (llevan menos cantidad de flúor), sin alcohol y blanqueadores-, lo importante a la hora de elegirlos es tener en cuenta sus componentes, puesto que algunos deben ser limitados en el tiempo o deben usarse de forma pautada por un profesional.
Al contener productos químicos, un mal uso o un abuso de los enjuagues bucales puede desencadenar problemas en la boca, como manchas en los dientes o desgaste del esmalte. Especial precaución merecen los colutorios que contienen clorhexidina, ya que su uso prolongado puede teñir los dientes y las encías, además de alterar el sentido del gusto. Asimismo, necesitan usarse de manera adecuada los colutorios compuestos por hexitidina porque tiñe la dentadura.
Casos en los que se recomienda su uso
Los dentistas recetan o recomiendan el uso de estos productos ante situaciones como:
- Antes de una cirugía periodontal: resultan útiles los colutorios con clorhexidina y hexitidina por su acción antibacteriana, antiséptica y antifúngica. Su uso suele pautarse con una duración de unas dos semanas, con enjuagues diarios de medio minuto.
- Para enfermedad de las encías periodontitis o gingitivis: hay muchos en el mercado indicados para este problema, como los que poseen povidona iodada, aceites esenciales, fenoles o sales metálicas, aunque estos últimos tienen cierta toxicidad.
- En el embarazo: los dentistas apuestan por el uso diario de un colutorio fluorado en las mujeres que sufren náuseas y vómitos.
- Prevenir las caries: principalmente se utilizan los que contienen flúor.
- Lesiones de la mucosa oral: la clorhexidina resulta beneficiosa para frenar daños en la mucosa oral.
Qué diferencias hay con cepillarse los dientes
El cepillo de dientes consigue arrastrar los restos de comida y la placa bacteriana prácticamente en su totalidad, pero hay otros sistemas que ayudan a eliminar todo ello por completo, como el colutorio, además la seda dental, el cepillo interdental o el limpiador lingual. Para que el cepillado surta efecto hace falta dedicarle tiempo -lo idóneo son dos minutos- y realizarlo de forma correcta por todos los dientes moviendo el cepillo desde la encía hacia la corona del diente.
Por su parte, el colutorio, al ser líquido, permite llegar a todos los rincones de la boca, aunque su fuerza de arrastre de impurezas o restos es más débil que las cerdas de un cepillo. No obstante, después de escupirlo permanece un tiempo en la boca, así que sigue luchando contra las caries, el mal aliento o la placa bacteriana, entre otros posibles problemas.
Mejor si se combina el colutorio con cepillarse los dientes
En resumen, la combinación perfecta es el uso de ambos, cepillado y enjuague bucal. La forma más adecuada de hacerlo es cepillarse los dientes y después enjuagarse la boca de manera enérgica con el colutorio, por lo menos o, sobre todo, antes de acostarse. Además, es mejor no beber ni comer nada después de emplearse el colutorio y, ni siquiera, enjuagarse la boca con agua. Generalmente, no se suelen diluir en agua, sino que se emplean directamente tal y como vienen en el envase. Se puede hacer gárgaras con los enjuagues antes de escupirlos.
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