Después de que les enseñasen a cepillarse los dientes de pequeños, muchos adultos no le prestan más atención a su salud bucodental. Con un cepillado tras cada comida y el uso de seda dental piensan que es suficiente para tener la boca sana. Cuando aparecen problemas y dolores en los dientes y encías no solo los sufrimos de manera física, también son tratamientos que pueden doler mucho en el bolsillo si no se cuenta con un buen seguro dental.
Razones para tener un seguro dental
Cuidar la salud bucodental es más sencillo de lo que parece si se sabe cómo hacerlo. Pero en España, en un país en el que la Seguridad Social consigue que acudir a consulta sea gratuito, cualquier pago que se tenga que hacer en una consulta especializada, como es el caso de la del dentista, parece un gasto elevado e inasequible. Por esta razón, retrasamos y evitamos la visita periódica al dentista para que durante la revisión nos informen de nuestro estado de salud bucodental y nos aconsejen sobre cómo mejorar la misma. El desconocimiento de un problema en una zona tan delicada puede acarrear unas visitas largas, tediosas y caras que se pueden evitar si contamos con un seguro dental.
Los seguros dentales suelen incluir de manera gratuita unos servicios mínimos que suponen un gran ahorro cuando estamos tratando nuestra boca:
- Las extracciones.
- Las limpiezas bucodentales.
- Las fluorizaciones.
- Las revisiones y las pruebas diagnósticas, como las radiografías, que pueden suponer un gasto enorme si no se cuenta con un seguro.
Si ya estamos cubiertos por un seguro dental, lo más probable es que no nos cueste acudir al dentista de manera periódica para realizar limpiezas y revisiones. Por lo tanto, un seguro dental es ante todo una prevención. Si usamos con sabiduría sus servicios lograremos esquivar dolencias más graves y costosas.
Además, los seguros dentales cuentan con descuentos para poder realizar tratamientos tanto médicos como estéticos. Por ejemplo, colocar dientes con ortodoncia, reponer piezas con implantes y carillas puede ser muy costoso en una clínica a la que se acude sin seguro. En cambio, contar con una póliza puede conseguir un ahorro hasta 4 veces mayor en el bolsillo.
Por suerte, muchas pólizas pueden cubrir a toda la familia, de manera que, por un módico precio, los más pequeños de la casa estarán cubiertos y podrán beneficiarse de todos los servicios tanto como los adultos. Sin duda, durante la infancia es cuando aparecen más dolencias como las caries o la necesidad de una ortodoncia y esto puede suponer un gasto constante que sería mucho más llevadero con un buen seguro dental.
Sin condiciones previas
Muchos seguros de salud se caracterizan por tener una serie de requisitos previos que cumplir a nivel de salud. Enfermedades o dolencias ya existentes pueden aumentar la póliza o incluso negar su concesión. Esto no es así en el caso de los seguros dentales. Pueden ser contratados en cualquier momento y usados desde el primer día y a lo largo de todo el año. Si comienzas con un tratamiento específico, no tienes por qué parar ahí. Podrás acudir a las revisiones necesarias y realizarte las limpiezas que sean necesarias sin que ello afecte a tu seguro dental, porque lo más importante siempre es la salud.
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