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Matronatación: natación del bebé con la madre

La matronatación busca la estimulación acuática del bebé por medio de una serie de juegos que le permiten aprender a flotar y moverse por el agua con la ayuda de sus padres.

No se trata, por el contrario, de que el niño aprenda a nadar, pues hasta los 4 años no tendrá bien desarrollado el aparato locomotor para poder ser autónomo e independiente en el agua. Sin embargo, la matronatación es el primer deporte que el bebé puede practicar, aprovechando sus posibilidades de flotar y moverse en el líquido, de forma similar a como lo hacía en el vientre materno.

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Este tipo de actividad, tiene una serie de beneficios, que, en definitiva, repercuten en el desarrollo del pequeño, existiendo estudios que acreditan una mejora del coeficiente intelectual de niños que han practicado la matronatación.

¿Cuáles son las ventajas de la matronatación?

El bebé experimenta sensaciones novedosas, libertad, pérdida de miedo e incremento de la seguridad en sí mismo. Además, mejora la vinculación con el padre, la madre o la persona con la que se realiza.

Todo ello, repercute favorablemente en:

  • El desarrollo psicomotor y emocional del pequeño
  • La socialización
  • La conciliación del sueño
  • El apetito y de buen humor
  • El conocimiento y dominio del cuerpo por parte del bebé
  • La función respiratoria y la caja torácica
  • La corrección de eventuales desviaciones de columna, en su caso

natación para niños

Condiciones adecuadas para la práctica de la matronatación

El mejor momento para la adaptación de los bebés al medio acuático es antes del año de vida. Por otro lado, se recomienda esperar hasta los cuatro meses, pues es en ese momento cuando puede considerarse maduro el sistema inmunológico, reduciéndose los riesgos de contraer enfermedades.

Antes de iniciar la actividad, conviene que el bebé se vaya adaptando al agua, por ejemplo, jugando con él en el baño y procurando que asocie el agua a algo divertido. Se trata de evitar que  el niño tenga miedo, llore o coja fobias al practicar la matronatación.

La duración de las clases depende del lugar en que se practiquen y de las necesidades y la resistencia del bebé.

En cuanto a las instalaciones, deben cumplir determinadas características, para que sean adecuadas para usuarios tan pequeños. En este sentido, la temperatura del agua debe alcanzar los 32º C, y el tratamiento de cloro debe estar entre un 0,5 y un 0,6 %, manteniendo el ph entre 7,2 y 8. Por otro lado, los vestuarios deben encontrarse próximos a la piscina y climatizados, para evitar que los bebés cojan frío.

Además, han de cumplirse determinadas condiciones de seguridad, por ejemplo, en piscinas desbordantes debe existir una valla perimetral que impida a los bebés acercarse al agua. También deben cumplirse condiciones de calidad ambiental. En este último sentido, la temperatura del aire debe ser superior en 1º C a la del agua. Además, se recomienda una diferencia de CO2 entre el interior y el exterior del recinto de 500 ppm y una humedad relativa que oscile entre el 60 y el 70 %.

Por último, debe hacerse un control periódico y un análisis del agua y todos los datos relativos a los lugares en que se practica la matronatación deben estar visibles.

Este tipo de actividades se llevan practicando desde los años 60, pero no fue hasta el año 2000 cuando la Academia de Pediatría Americana adopta una posición favorable a su práctica. Desde entonces, se han multiplicado los lugares donde puede realizarse.

En el caso español, la AEMEI (Asociación Española de Matronatación y Estimulación Infantil) se funda en 2013 y tiene su sede en Barcelona.

Es importante tener en cuenta a la hora de elegir dónde practicar la matronatación, que en España se ha producido también un importante incremento de la demanda que ha llevado a se ofrezcan clases de matronatación en instalaciones deportivas privadas, públicas y semipúblicas. No obstante, no debe olvidarse que las instalaciones para realizar la matronatación deben tener unas condiciones especiales y la actividad debe ser la única que se desarrolla en ese determinado lugar.

Además, se aconseja que la piscina tenga una profundidad de entre 1 y 1,20 metros de profundidad, ser blanca, y que permita ver perfectamente el fondo de la piscina. El volumen no debe exceder de los 75 m3 para garantizar la calidad del agua por renovación.

Con todo ello, tendrás más claros los beneficios de la matronatación y las condiciones en que puede practicarse.