Prevención, Salud

Otitis en verano: medidas de precaución para la playa y la piscina

Las vacaciones son el momento ideal para disfrutar de la playa o la piscina, pero también es cuando debemos tener más cuidado para evitar las infecciones externas de oído.

En verano las otitis externas son muy frecuentes. El contacto con el agua de la piscina y el mar son su principal causa y afecta sobre todo a los niños, que son los que suelen pasar más tiempo jugando, nadando o buceando en el agua. Aunque en ocasiones resultan inevitables, hay una serie de medidas de precaución que podemos tomar para reducir el riesgo de contraer este tipo de infección. A continuación te contamos cuáles son y cómo tratar sus síntomas si el oído ya se ha visto afectado.

¿Por qué se produce la otitis externa?

En verano, el 84% de las otitis externas están causadas por las bacterias u hongos que se encuentran en playas y piscinas, en la mayoría de ocasiones porque el agua se queda retenida en el conducto auditivo. Es en esta parte donde se produce la infección, que al ser externa no afecta al tímpano. En algunos casos estas bacterias se encuentran en el propio oído y cuando se unen a la humedad y el calor provocan la otitis externa.

El cloro de la piscina aumenta las probabilidades de infección externa de oído, aunque el agua salada del mar, que debemos procurar que esté lo más limpia posible, también nos puede causar el mismo efecto. Al fin y al cabo no estamos preparados para pasar mucho tiempo en el agua, aunque eso es algo con lo que los más pequeños de la familia no suelen estar de acuerdo.

Medidas de prevención

Lo ideal sería evitar la entrada de agua en los oídos, pero eso, cuando nos pasamos todo el año esperando nuestros deseados baños en el mar o en la piscina, no parece muy factible, así que estas son algunas de las otras medidas que podemos tomar para prevenir la otitis externa:

  • Al salir del agua secar bien las orejas con una toalla, de forma suave, pero asegurándonos que quedan limpias y sin rastro de humedad.
  • Un algodón nos puede ayudar a secar la zona, pero en ningún caso utilizar bastoncillos de algodón ya que pueden producir el efecto contrario.
  • Descartar las piscinas con exceso de cloro, algo que podemos percibir por el olor o si notamos irritación en la piel y los ojos.
  • Procurar bañarnos en playas con el agua lo más limpia posible, señalizadas por la bandera azul.
  • Evitar los baños excesivamente prolongados (más de una hora), es preferible hacer baños cortos (especialmente los niños), salir, secarnos bien y posteriormente volvernos a bañar, que pasar el mismo tiempo sin salir del agua.
  • Escoger las aguas menos frías, ya que las bajas temperaturas también aumentan la probabilidad de infección. A veces en la montaña (lagos, ríos) o en la playa, notamos el agua casi helada, en ese caso es mejor reducir el tiempo de exposición.
  • Los especialistas advierten que usar tapones para los oídos cuando estos están sanos puede ser contraproducente, pero cuando hay antecedentes de infección, los tapones a medida pueden ayudar a reforzar las anteriores medidas de precaución.

Otitis externa

Síntomas y tratamiento de la otitis externa

Seguir todas estas recomendaciones minimiza los riesgos, aunque no siempre son suficientes. ¿Cómo reconocemos la otitis externa?

  • Dolor de oído, por lo general muy intenso, que se acentúa al presionar o tocar la zona, por ejemplo al vestirnos o apoyar la oreja en la almohada para dormir.
  • Picor o prurito, con sensación de escozor y/o ganas de rascarse
  • Supuración, aunque no suele ser abundante y resulta más frecuente en la otitis media aguda.

Ante estos síntomas es necesario acudir al especialista lo antes posible para que nos indique el tratamiento adecuado y si necesitamos tomar antibióticos. Los analgésicos pueden aliviar el dolor en un momento puntual, pero solo el médico nos puede garantizar que se ha curado la infección y darnos la solución más adecuada para evitar que tenga consecuencias más graves.

Cuando padecemos otitis externa tenemos que esperar unos días antes de volvernos a bañar. Si el cuadro fue importante es posible que el pediatra o incluso el otorrino recomienden hacer una revisión para comprobar que el proceso de cura se ha completado totalmente.

Después, ya podemos volver a disfrutar del verano como peces en el agua, eso sí, teniendo siempre en cuenta los consejos que hemos comentado.