Salud Dental

¿Obsesionado por el blanco de tus dientes? Qué es la blancorexia

La blancorexia es un trastorno obsesivo por tener los dientes cada vez más blancos.

La blancorexia no solo es una obsesión por obtener una blancura de la dentadura imposible o muy difícil de conseguir, sino que se acusa cuando se acude a blanquearse los dientes cuando ya se tienen blancos. Además, el tope de color lo pone el diente y no el paciente o el dentista. Es decir, una vez conseguido ese tope, por mucho que nos sometamos a otro blanqueamiento, no vamos a obtener ninguna mejora y los dientes no se van a blanquear más.

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Es decir, que la persona puede no ser consciente de la blancura de sus dientes, negando la realidad. Esto es algo que, además de ser antinatural, pone en riesgo la salud bucodental de quien la padece, pues incluso se podría llegar a sufrir la pérdida de piezas dentales: por ejemplo, haciendo abuso de productos químicos compuestos por peróxido, una sustancia que se utiliza para mejorar el color del esmalte.

Quienes abusan de productos blanqueadores agresivos a largo plazo puede padecer algunos de los siguientes problemas bucodentales: severas irritaciones en las encías (gingivitis), daños en la matriz del esmalte (desmineralización) y en el interior de la pieza penetrando en la pulpa dental de forma irreversible (necrosis pulpar). Finalmente, pueden perderse piezas dentales.

Por si fuera poco, se ha detectado el uso en peluquerías o centros de spa de productos sin homologar para blanquear los dientes, que no constan en la Agencia Española del Medicamento, y que en muchas ocasiones provocan peligrosas erosiones en la mucosa oral y hasta abrasiones químicas en las encías.

Algunos pacientes que sufren de blancorexia llegan a utilizar lejía y otros productos cáusticos, que son perjudiciales para la salud oral y la general.

Un trastorno en alza

Según ha informado en un comunicado el Colegio Oficial de Dentistas de Baleares, este trastorno parece estar creciendo año tras año.

Una de las principales causas que puede explicar por qué cada vez son más aquellos que se obsesionan por tener una dentadura perfectamente blanca es la publicidad engañosa que recibimos, en la que actores muestran unas sonrisas anormalmente blancas, como una muestra más de cánones de belleza inalcanzables. Miley Cyrus, Avril Lavigne, Morgan Freeman o Zac Efron son algunos de los famosos que hacen apología de una dentadura reluciente.

La realidad es que existen unos 20 tonos de esmalte dental y ninguno de ellos es de blanco absoluto. Los dientes más sanos y más fuertes, además, no son naturalmente blancos como perlas, sino más bien de un color blanco azulado traslúcido, lo que permite que el color amarillento de la dentina se refleje a través del esmalte.

No es síntoma de higiene

Para combatir la blancorexia es fundamental hacer comprender que la blancura de los dientes no es síntoma ni de higiene ni de salud. Es importante tener en cuenta que cada uno de nosotros contamos con una tonalidad distinta en la dentadura, la cual está determinada por la genética, y que si nos sometemos a un tratamiento de blanqueamiento dental profesional es posible llegar a recuperar su color natural pero en ningún caso un tono más blanco del propio.

Los expertos señalan que los blanqueamientos bajo control profesional no son perjudiciales para la salud oral, así que deben evitarse en la medida de lo posible los tratamientos caseros si lo que se persigue es la eficacia y la seguridad. Para realizar el blanqueamiento, el especialista tiene que aumentar la porosidad de los dientes para que ciertas sustancias penetren en su interior, protegiendo las encías del paciente.

De este modo, el tratamiento también estará asesorado por un profesional que podrá informarnos asimismo de la conveniencia de continuar blanqueando las piezas dentales o realizar sesiones de mantenimiento una vez conseguido el tope de color.

Porque la blancorexia es una patología que, como tantas otras fundadas en mitos sobre el blanqueamiento dental, necesita un tratamiento psicológico y un cuidado especial de los odontólogos. Solo de esta forma evitaremos que los falsos reclamos publicitarios o la moda impulsada por algunas celebrities nos induzcan a un ideal imposible.