Nutrición, Salud

La importancia de cuidar la flora intestinal: probióticos y prebióticos

La flora intestinal contribuye a que tengamos una buena digestión y afecta al funcionamiento de todo nuestro organismo. Así puedes cuidarla con tu alimentación.

A menudo vemos anuncios en televisión que hacen referencia al cuidado de la flora intestinal. De entrada parece que su máxima aspiración es ayudarnos a hacer una digestión correcta, pero su buen funcionamiento afecta a todo nuestro organismo. ¿Quieres saber cómo? Hoy te contamos por qué es necesario proteger la flora intestinal, y a través de qué alimentos podemos hacerlo.

La importancia de la flora intestinal

A grandes rasgos la flora intestinal es un conjunto de bacterias que viven en el intestino y que en su mayoría resultan beneficiosas. Cuando se encuentra alterada podemos sufrir molestias digestivas como hinchazón, estreñimiento, diarrea, gases… Pero estas no son las únicas consecuencias, ya que la flora también es responsable de otras funciones como la producción de factores de crecimiento y vitaminas, como la Vitamina K (esencial para la coagulación) y algunas vitaminas del Grupo B.

También contribuye a la estimulación del sistema inmunológico, la inactivación de toxinas, la reducción de lípidos sanguíneos, el ahorro de energía y el efecto barrera frente a gérmenes patógenos. Procesos relacionados con la fatiga, las infecciones, las enfermedades autoinmunes y las alergias respiratorias o alimentarias.

¿Cómo podemos cuidarla?

Una alimentación sana es clave para proteger y regenerar la flora intestinal; la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) recomienda reducir el consumo de alimentos ricos en grasa animal, fritos y picantes, moderar la ingesta de café y evitar el tabaco y el alcohol. El uso de laxantes, el estrés, el sedentarismo y el exceso de peso también pueden dañar nuestra flora.

Actividad física

Hasta aquí las pautas a corregir, a continuación algunos hábitos a seguir: beber al menos dos litros de agua al día, hacer 5 comidas al día (con menos cantidad), realizar alguna actividad física, comer regularmente alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, frutos secos y legumbres e incorporar a nuestra dieta alimentos prebióticos y probióticos.

Si ya llevas unos meses cumpliendo tus propósitos saludables de año nuevo, como subir las escaleras, incluir una pieza de fruta en todas las comidas o dedicarte media hora al día para relajarte, ya tienes parte del camino hecho. Ahora toma buena nota de los alimentos siguientes.

Probióticos y prebióticos, tus aliados

Se escriben casi igual, pero tienen funciones distintas. Los prebióticos son ingredientes no digeribles, como la fibra, que al ingerirlos estimulan la actividad y el crecimiento de determinadas bacterias intestinales, de manera selectiva. Podemos encontrarlos en general en frutas y verduras, destacando alimentos como la achicoria, la alcachofa, los plátanos o los espárragos, que contienen una proporción significativa de inulina, una fibra estimuladora del crecimiento de la flora, que promueve los movimientos intestinales, ayudando a mejorar la digestión.

Prebióticos en verduras

El ajo, la cebolla y el puerro, también poseen derivados de esta fibra, al igual que el trigo, la avena y la cebada, por supuesto siempre en su versión integral. Una forma ideal de aprovechar todas las propiedades de estos vegetales mencionados es cocinarlos al wok o al vapor, así nos beneficiaremos de su papel como prebióticos y también de su aportación en vitaminas y minerales.

Por otra parte, los probióticos, son directamente microorganismos vivos que incorporamos a nuestro organismo mediante la alimentación, y están presentes en el yogur y los fermentos lácticos, dos de las opciones más populares, aunque también podemos variar y añadirlos a nuestra dieta consumiendo chucrut (col fermentada), tempeh, té de Kombucha, kéfir, encurtidos, ciruelas umeboshi, kimchi coreano o miso. Opciones cada vez más fáciles de encontrar en tiendas de alimentación ecológica, herbolarios o grandes comercios que vendan comida asiática.

Si comes de tupper en el trabajo, entre los buenos consejos para alimentarte bien está el de llevarte un yogur para después de la comida. Ahora ya conoces el alcance de esta recomendación, y es que cuidar nuestra flora intestinal no es solo una cuestión de asegurarnos una buena digestión, también contribuye a mejorar nuestra salud y bienestar.