Prevención, Salud

¿No consigues controlar tu peso? Podrías tener hipotiroidismo

El hipotiroidismo es un cuadro clínico provocado por una reducida actividad de la glándula tiroides. Uno de sus síntomas es el aumento de peso.

En la actualidad, más de 300 millones de personas sufren algún tipo de patología tiroidea, pero debido a la dificultad para diferenciar sus síntomas de otras enfermedades comunes, muchos afectados desconocen que la tienen.

Qué es el hipotiroidismo

El hipotiroidismo es un trastorno de la tiroides que provoca que se produzca una menor cantidad de hormonas tiroideas. Las hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina) se encargan de estimular diversos tejidos del cuerpo para que produzcan proteínas y de aumentar la cantidad de oxígeno que usan las células.

Como consecuencia, el hipotiroidismo puede provocar un descenso del ritmo cardíaco, intestinal, aumento de peso, depresión e incluso puede afectar a la fertilidad.

Las mujeres son 10 veces más propensas a contraer hipotiroidismo que los hombres, sobre todo durante o tras el embarazo, ya que se manifiesta en el 5% de las embarazadas y en el 7% de las parturientas. Durante la menopausia, la mujer también tiene mayor posibilidad de contraer esta enfermedad.

Qué síntomas tiene

Dado que el hipotiroidismo puede aparecer y no detectarse hasta años después, es importante acudir al médico en cuanto se detecten algunos de sus síntomas:

  • Apatía o depresión.
  • Fatiga y somnolencia.
  • Irritabilidad y cambios de humor.
  • Reducción del ritmo cardíaco, latido irregular o arritmia.
  • Alta o baja presión arterial y colesterol.
  • Piel, cabello y uñas débiles.
  • Rostro, manos y pies hinchados.
  • Dolor muscular y articular.
  • Aumento de peso injustificado.
  • Estreñimiento o heces duras.
  • Periodos mensuales anormales.
  • Disminución de libido.
  • Problemas de fertilidad.

No existe forma de evitar el hipotiroidismo en su totalidad y la única prevención que se puede llevar a cabo es adecuar a la cantidad recomendada el nivel de yodo de nuestra dieta ya que la glándula de la tiroides necesita una cantidad adecuada de yodo para realizar bien su trabajo y producir las hormonas de forma correcta.

Cuáles son sus causas

La causa más común es la tiroiditis o enfermedad de Hashimoto, una inflamación de la glándula tiroides causada por un ataque del sistema inmunitario debido a infecciones virales, respiratorias o un embarazo. La inflamación daña las células de la glándula, lo que provoca alteraciones en la producción de hormonas.

hipotiroidismo

La segunda causa es la tiroiditis posparto, que es asintomática y provoca hipertiroidismo seguido de hipotiroidismo. En el 80% de los casos se supera al cabo de aproximadamente un año.

El hipotiroidismo puede ser heredado de manera congénita o adquirido. En este último caso, hay determinados factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrirlo:

  • Tener más de 50 años.
  • Una dieta baja o alta de yodo.
  • Antecedentes familiares con problemas endocrinos o de bocio.
  • Extirpación parcial o total de la glándula tiroides como consecuencia de un cáncer o la enfermedad de Graves.
  • Algunos tratamientos, como el litio o la amiodarona, también aumentan las posibilidades de sufrirlo.
  • Haberse sometido a una radiación en el cuello o la cabeza para tratar un cáncer o hipertiroidismo.
  • Padecer una enfermedad autoinmune que ataque a las células tiroideas y sus enzimas.
  • El síndrome de Sheehan, una afección del embarazo que provoca un sangrado abundante durante el embarazo por haberse dañado la hipófisis, una glándula endocrina.

Tipos de hipotiroidismo

Hay tres tipos de hipotiroidismo:

  • Hipotiroidismo primario. Es el hipotiroidismo más habitual. Su causa se debe a un funcionamiento incorrecto de la glándula y puede aparecer bocio, que es un aumento anormal de la glándula.
  • Hipotiroidismo secundario. La glándula no presenta problemas, pero la hipófisis no produce la hormona estimuladora de tiroides, por lo que la glándula no produce hormonas.
  • Hipotiroidismo terciario. Afecta al hipotálamo, la región del cerebro que se encarga de la conducta, que deja de producir tirotropina, la hormona que estimula la hipófisis.

Cómo se diagnostica

Se realiza un análisis de sangre para medir el nivel de la hormona estimuladora del tiroides (TSH) y de tiroxina. Asimismo, se realiza un hemograma y exámenes para comprobar los niveles de colesterol, de enzimas hepáticas, de prolactina y de sodio.

Además, en los casos en los que el hipotiroidismo presenta bocio o se detecta la presencia de nódulos, se suele llevar a cabo una ecografía tiroidea que puede ir acompañada de una punción para descartar la presencia de tumores.

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Tratamiento y pronóstico

El tratamiento depende de la gravedad con la que se detecte el hipotiroidismo, de la edad del paciente y de la posible existencia de otras enfermedades. Generalmente, se prescribe un tratamiento con levotiroxina, que se administra por vía oral en forma de pastilla y repone el nivel de hormonas que el paciente debería tener, por lo que la dosis variará entre diferentes personas afectadas.

Dado que no existe un tratamiento definitivo contra el hipotiroidismo, el paciente tendrá que someterse a revisiones periódicas y seguir tomando levotiroxina durante el resto de su vida. Sin embargo, la mayoría de los pacientes responde bien al tratamiento y llevan una vida completamente normal.