Envejecimiento, Prevención, Salud

La fractura de cadera: Causa más frecuente de ingreso en Traumatología

Una de cada tres personas mayor de 65 años que vive en su casa se cae al menos una vez al año y casi la mitad de ellos se cae más de una vez, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

El 70% de estos percances tiene algún tipo de efecto sobre la salud, como la pérdida de masa muscular o la pérdida de equilibrio; el 10% de estos efectos son de tipo grave. Suponen pérdida de autonomía y de independencia. De hecho son la primera causa de discapacidad en el adulto mayor. Las fracturas de fémur o cadera son algunas de las lesiones más serias. En concreto, la de cadera, es la primera causa de ingreso no programado en mayores y su prevalencia es creciente.

En cuanto a datos de mortalidad, las caídas suponen la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales, según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS. En nuestro país, más de 2.200 personas mayores de 65 años fallecieron en 2014 a causa de caídas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, INE.

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Inactividad y miedo, principales enemigos 

El mismo miedo a caerse es uno de los principales enemigos. Las caídas son uno de los aspectos que más les preocupa a los mayores. Ese miedo provoca una disminución de la actividad física y, por lo tanto, un aumento del sedentarismo, de inactividad, que es otro de los factores de riesgo, con lo que al final entran en una espiral difícil de gestionar.

Respecto a la relación con la demencia, el proceso de convalecencia de una caída y sus consecuencias pueden acelerar la progresión de una demencia incipiente. La polimedicación también interfiere de manera negativa, a mayor polimedicación se da un índice mayor de caídas. La interacción entre diferentes fármacos puede provocar efectos secundarios que afecten a diferentes parámetros como el ritmo cardiaco o la tensión arterial, a la estabilidad, a la fuerza, e incluso a los sentidos como la visión o la audición. Un tipo de fármacos que afecta de una manera directa son los psicofármacos, ya que aumentan el riesgo de caídas por alterar, en muchos casos, la percepción y los sentidos de los mayores.

Adaptar el espacio doméstico para evitar las caídas

Entre las causas que provocan las caídas, se puede diferenciar entre factores relacionados con la salud del mayor y factores externos a la persona. Como factores intrínsecos se encuentran los trastornos de la marcha y equilibrio, la pérdida de fuerza en miembros inferiores, el deterioro cognitivo, los síntomas depresivos y las alteraciones visuales. Por otro lado, los factores extrínsecos pueden ser irregularidades en suelos y viviendas, obstáculos, terrenos húmedos, calzado inadecuado, alfombras o ausencia de barras en duchas y aseos.

Para la prevenir las caídas es necesario tomar una serie de medidas y adaptar los espacios domésticos a las características del mayor. Sanitas Mayores recomienda seguir los siguientes consejos:

  • Eliminar obstáculos de pasillos y espacios de paso
  • Cambiar la bañera por una ducha para facilitar el acceso
  • Instalar agarradores en la bañera para evitar resbalones
  • Evitar superficies resbaladizas y alfombras
  • Tener una buena iluminación que favorezca la visibilidad
  • Utilizar calzado adecuado, zapatillas de andar por casa cerradas
  • Seguir una dieta equilibrada
  • Evitar cambios de nivel como escalones y escaleras
  • Realizar ejercicio físico para mantenerse ágil
  • Ejercitar el equilibrio y la estabilidad
  • Mejorar el nivel de autonomía a través de programas de fisioterapia
  • Corregir los déficits visuales
  • Reducir la polimedicación y, sobre todo, el uso de psicofármacos

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En el caso de los mayores que viven en residencia, los centros cuentan con distintas medidas de prevención y diferentes test y escalas para detectar los puntos críticos en cuanto al riesgo de caídas. Gracias a la detección del riesgo, podemos establecer planes de prevención específicos e individualizados para cada residente e implementar soluciones como detectores de movimiento, detectores de presión, luces para mejorar la orientación de los residentes, protectores o reorganización de estructuras y espacios.