Demencia, Envejecimiento

Diez beneficios de la estimulación multisensorial en personas con Alzheimer

La estimulación sensorial permite trabajar las áreas más perjudicadas por el Alzheimer, tratando de corregir la alteración que la enfermedad provoca en las capacidades cognitivas, conductuales y emocionales de los afectados.

Las salas multisensoriales son un modelo de terapia importado de Holanda que están adquiriendo un papel cada vez más importante en las terapias con enfermos de Alzheimer, ya que la estimulación multisensorial les permite mejorar algunas habilidades psicomotrices, pero, sobre todo, estimular la actividad cerebral y los procesos cognitivos.

En qué consiste la estimulación multisensorial

La estimulación sensorial es una herramienta muy eficaz en la terapia de mayores con deterioro cognitivo porque les ayuda a estimular/relajar la mente y mejorar algunos rasgos de psicomotricidad a través de elementos visuales, auditivos, táctiles, olfativos y gustativos.

Los espacios en los que se realiza esta terapia se denominan salas multisensoriales y son espacios interactivos diseñados para estimular los sentidos y ayudar a los enfermos a dar significado a las sensaciones que perciben a través de luces, aromas, música, sonidos, texturas…

En los últimos años, las salas multisensoriales se han convertido en un recurso cada vez más útil en geriatría por los múltiples beneficios que aportan a las personas mayores. En ellas se realizan sesiones de entre 30 y 40 minutos de manera individual o en grupos muy reducidos. Los estímulos se van trabajando de uno en uno, creando nuevas sensaciones y experiencias, utilizando principalmente el lenguaje no verbal como medio de comunicación entre el terapeuta y los afectados.

Diez beneficios de la estimulación multisensorial en personas con Alzheimer

La terapia multisensorial debe estar ajustada a las necesidades específicas de cada persona y su objetivo principal es el de mejorar la calidad de vida de los usuarios. Dependiendo de la fase del proceso de la enfermedad en la que se encuentren, el especialista puede perseguir determinados objetivos que condicionan su forma de trabajo:

  • En la fase inicial, se pretende reducir el estrés y mejorar la autoestima y el estado de ánimo del afectado de Alzheimer mediante estímulos sensoriales. La musicoterapia es una de las actividades más utilizadas en esta etapa y sirve para evocar recuerdos y experiencias del paciente. De esta forma, se le ayuda a trabajar la memoria de forma lúdica.
  • En la fase intermedia, se intenta reducir alteraciones conductuales asociadas a las demencias y aumentar la concentración. Para ello, se estimulan los sentidos con luces, sonidos y sabores, teniendo en cuenta las preferencias y costumbres de cada usuario.
  • En la fase severa, se potencia la estimulación para mejorar la calidad de vida y aportar relajación para evitar la frustración y el estrés.

Las actividades realizadas sirven además para estrechar la confianza entre el paciente y su terapeuta, mejorar la comunicación entre ambos y facilitar la tarea del especialista a la hora de conocer mejor al afectado y valorar su situación a la vista de los resultados obtenidos con la estimulación multisensorial.

10 Beneficios de la estimulación multisensorial en personas con Alzheimer

Los beneficios obtenidos en todo el proceso incluyen mejoras tales como:

  1. Relajación y disminución del estrés. Los pacientes de Alzheimer sufren momentos de gran ansiedad y alteración al sentir desorientación o pérdida de memoria, dos de las secuelas generadas por la enfermedad.
  2. Un ambiente controlado y seguro para explayarse. Las actividades multisensoriales permiten a los pacientes expresarse sin limitaciones mediante sencillas actividades de juego sensorial sin riesgo alguno para ellos.
  3. Mejora de la comunicación y las relaciones personales. La terapia mediante estímulos sensoriales posibilita vías de comunicación no verbales que mejoran las relaciones de los pacientes con su terapeuta, familia y entorno.
  4. Mayor comprensión de la percepción sensorial del individuo. Observando su interacción en las salas multisensoriales y la reacción que los usuarios tienen ante los estímulos a los que son sometidos, se posibilita la evaluación de sus habilidades sensoriales y cognitivas.
  5. Modificaciones en los comportamientos difíciles. Todos los efectos positivos anteriores tienen como consecuencia la reducción de las conductas alteradas.
  6. Mejor concentración e integración cognitiva. Las actividades sensoriales y la relajación a la que inducen predisponen hacia una actitud concentrada y paciente.
  7. Más interacción social. Como consecuencia de la mejora en la comunicación y las relaciones del paciente.
  8. Efectos positivos en el estado de ánimo. Estímulos tan básicos como un cambio de color o una determinada luz pueden ayudar a la persona mayor a que decida qué es lo que prefiere. La posibilidad de elección mejora su confianza y su capacidad de autocontrol.
  9. Permite trabajar las emociones. La terapia multisensorial estimula las emociones y los recuerdos de los pacientes utilizando, por ejemplo, determinados olores capaces de evocar recuerdos personales.
  10. Mejora de las habilidades. Los estímulos sensoriales y la interacción del paciente con ellos permiten mejorar sus habilidades motrices, táctiles, auditivas, visuales…, así como evaluar la fase de la enfermedad y su posible evolución.

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