Mente Sana

De la euforia a la depresión, ¿cómo detectar el trastorno bipolar?

El diagnóstico acertado continúa siendo uno de los principales caballos de batalla en el abordaje de esta enfermedad mental.

¿Algunos días te sientes feliz, con mucha energía, y otros triste y deprimido?, ¿esos estados de ánimo fluctuantes duran una semana o más? Algunas personas que experimentan estos síntomas sufren trastorno bipolar. Se trata de un enfermedad mental grave que se caracteriza por oscilaciones bruscas en el estado de ánimo, con episodios maníacos, en los que la persona se siente eufórica y capaz de cualquier cosa; depresivos, en los que reina la apatía y una profunda tristeza; y mixtos, donde se combinan tan contradictorios estados de ánimo.

El trastorno bipolar, que aparece normalmente en la adolescencia o la temprana adultez y se prolonga durante toda la vida, afecta al 2% de la población mundial y no tiene nada que ver con los altibajos anímicos que todos experimentamos cada cierto tiempo. Por el contrario, los síntomas bipolares son muy intensos, llegando a dañar las relaciones personales, hacer que sea complicado estudiar o conservar un empleo, e incluso, en la fase depresiva, inducir al suicidio.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?

Los llamados «episodios anímicos» desencadenan síntomas que duran una semana o dos, y a veces más, presentándose todos los días durante la mayor parte de los mismos.

Los que sufren un episodio maníaco pueden:

  • Sentirse muy alegres o animados.
  • Sentirse muy nerviosos o alterados/ansiosos.
  • Hablar muy rápido de asuntos diferentes.
  • Estar inquietos, irritados, o sensibles.
  • Tener problemas para relajarse o dormir.
  • Creerse capaces de poder hacer muchas cosas a la vez y estar más activos de lo normal.
  • Hacer cosas arriesgadas, como comprar o vender bienes.

Los que sufren un episodio depresivo pueden:

  • Sentirse muy deprimidos o tristes.
  • Sentirse preocupados y vacíos.
  • Tener problemas para concentrarse.
  • Olvidarse de las cosas.
  • Perder el interés en actividades divertidas y volverse menos activos.
  • Sentirse cansados o sin energía.
  • Tener dificultades para dormir.
  • Pensar en la muerte o el suicidio.

De la euforia a la depresión, ¿cómo detectar el trastorno bipolar?

¿Es fácil diagnosticar el trastorno bipolar?

Esta enfermedad grave y crónica suele ser difícil de reconocer. Precisamente, el diagnóstico acertado y a tiempo continúa siendo, como decimos, uno de los principales caballos de batalla en el abordaje de este trastorno, cuyas causas no están del todo claras y habría que buscarlas en factores genéticos, ambientales o en una anormalidad en la estructura y función del cerebro, según las investigaciones.

Los afectados tardan varios años de media en ser diagnosticados correctamente, en buena medida porque a muchos se les atribuyen otros trastornos mentales, como la esquizofrenia o la depresión. Otra de las razones está en la hipomanía, que es una señal temprana del trastorno y que puede hacer que la persona tenga mucha impulsividad, pensamientos grandiosos no reales, altos niveles de energía. Esta sintomatología puede percibirse como algo positivo, lo que puede llevar a que los afectados nieguen la existencia de un problema.

¿Cómo se trata el trastorno bipolar?

La buena noticia es que actualmente la combinación de un tratamiento farmacológico -compuesto por estabilizadores del ánimo como el litio, anticonvulsionantes y antipsicóticos- con la psicoterapia permite a los enfermos llevar una vida prácticamente normal. No obstante, uno de los principales problemas en este punto es el alto porcentaje de abandonos del tratamiento, entre otros motivos por las dificultades de muchos afectados para asumir la enfermedad o porque en la fase maníaca creen que no necesitan de nada ni de nadie.

Convivir con el trastorno bipolar puede convertirse en una auténtica montaña rusa de emociones si el paciente no sigue un tratamiento ni lleva una existencia ordenada. Si, por el contrario, vive de acuerdo a unos horarios estables, evita en la medida de lo posible situaciones que le generen un estrés añadido y sigue el tratamiento médico, puede tener una vida familiar, social y laboral normalizada. Para ello, también son claves el aliento y el apoyo de familiares y amigos para reconocer el problema y buscar ayuda.

Pese a los famosos que han reconocido padecer este trastorno como Catherine Zeta-Jones, Sting, Carrie Fisher o Britney Spears, la serie Homeland, la película Mr. Jones o la canción Lithium Sunset, de Sting (que alude al tratamiento con litio), los expertos lamentan que esta enfermedad siga siendo aún una gran desconocida entre la población, que continúa asociándola con muchos tópicos que estigmatizan a quienes no pueden controlar sus pendulares estados de ánimo.