Psicología, Salud

Cuáles son los TOCs más frecuentes

Hay muchos tipos de Trastorno Obsesivo-Compulsivo, desde quienes se lavan muchas veces las manos hasta los que verifican repetidamente si han cerrado la puerta.

¿Recuerdas al actor Jack Nicholson en la película Mejor Imposible intentando sortear en la acera las juntas de las baldosas? El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes, es un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos obsesivos, es decir, ideas fijas, recurrentes y persistentes que causan inquietud, temor, ansiedad o aprensión.

A su vez, estos pensamientos obsesivos generan en la persona que los padece una reacción defensiva que se traduce en compulsiones, es decir, en actos repetitivos cuyo fin es evitar las consecuencias de los propios pensamientos (si no miro debajo de la cama cinco veces, va a ocurrir una catástrofe). La persona puede reconocer que son actos absurdos, pero si no los realiza, aumenta su ansiedad.

No necesariamente una obsesión va a convertirse en un trastorno. Lo será cuando esos pensamientos -también impulsos o imágenes mentales-, y las acciones repetitivas que muchas veces los acompañan, interfieran en la vida de la persona. Se suele hablar de trastorno cuando obsesiones y compulsiones se presentan durante más de una hora al día, afectando a las actividades cotidianas, a la vida familiar, social, laboral o académica de la persona.

TOCs frecuentes

Aunque son muy diversos, los TOCs más comunes son algunos de los que enumeramos a continuación y causan un gran sufrimiento a quienes los padecen:

Limpieza compulsiva

La ansiedad de la persona radica en la contaminación que puede experimentar su cuerpo o en el contagio de enfermedades a través de los objetos que toca. Los individuos con este TOC suelen lavarse las manos reiteradas veces al día y limpian su hogar de manera muy meticulosa, ayudándose de desinfectantes.

Ultra verificación

Se refiere a aquellos que se aseguran una y otra vez, por ejemplo, de haber cerrado la llave del gas, la puerta o de haber puesto correctamente la alarma del despertador. Lo que les mueve a ello es su temor desmedido a que ocurra algo malo, por lo que pueden pasar mucho tiempo cerciorándose de que todo está bien, repetidamente.

Precisión, orden y/o simetría

Se trata de personas que sienten la necesidad imperiosa de hacer sus actividades diarias de una forma determinada, al dictado de sus pensamientos. De no ser así, pueden sufrir cuadros de angustia que les impidan llevar a cabo sus tareas cotidianas.

Repetición

Para eliminar la ansiedad, las personas que padecen este tipo de TOC necesitan pronunciar y repetir determinada palabra, frase, o realizar según qué comportamiento varias veces.

Acumulación

El individuo tiene la costumbre de acumular cosas insignificantes e inútiles, como papeles o pilas, siendo incapaz de desprenderse de ellas y viviendo en ocasiones en condiciones caóticas.

Verificación somática y/o hipocondría

Estas personas tiene auténtico temor a desarrollar enfermedades graves y entran en pánico ante la presencia de síntomas somáticos extraños. Verifican constantemente funciones corporales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial o la temperatura.

Cuáles son los TOCs más frecuentes

Superar el TOC

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo suele aparecer en la infancia o en los inicios de la etapa adulta y, cuanto antes se aborde, mejores serán los resultados. En este sentido, el uso de tratamientos tanto farmacológicos como cognitivo-conductuales puede beneficiar a las personas con TOC, si bien el tipo de terapia deberá ser decidido por el psiquiatra que diagnostique el trastorno, en cualquier caso.

La terapia conductual suele resultar muy eficaz. Mediante este método, el paciente se enfrenta al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación, y es alentado a evitar sus rituales. Por ejemplo, un paciente que se lava las manos compulsivamente es instado a tocar un objeto que cree que está contaminado. Posteriormente, es alentado a evitar lavarse durante varias horas, hasta que la ansiedad se haya reducido en gran parte.

El tratamiento empieza con una compulsión que provoque poca ansiedad, y una vez superada dicha compulsión, se pasa a la siguiente, y así paso a paso. A medida que progresa el tratamiento, la mayoría de los pacientes sienten gradualmente una menor ansiedad causada por los pensamientos obsesivos y acaban siendo capaces de resistir los impulsos compulsivos.