Envejecimiento, Salud

Cosas que puedes hacer con tus abuelos

En los últimos tiempos asistimos en muchas ocasiones a una desconexión entre las vidas de los niños y jóvenes y las de sus abuelos.

Sus obligaciones, entre horas lectivas y extra-escolares, y un estilo de vida donde la inmediatez parece primar cada vez más, lleva a que aquello de «esta tarde vamos a ver a los abuelos» se esté perdiendo en algunos hogares. Y si no se está perdiendo, en muchas ocasiones los nietos dicen un «yo no voy», que les está alejando de momentos de gran valía para ellos.

Son la voz de la experiencia, de la sabiduría, y tienen una manera de ver la vida diferente a la de los nietos, muy enriquecedora, que de no verse, no podrán conocer. Precisamente, para dar valor a esos momentos y para hacer ver a los niños y jóvenes, y a sus padres, que hay mucho que hacer con los mayores, nos dirigimos a vosotros, a los nietos, y os explicamos varias cosas que podéis hacer con vuestros abuelos.

Conocer y escribir su historia

«No quiero ir a casa de los abuelos… allí me aburro», dicen muchos niños y jóvenes. ¿Conoces la historia de tu familia? ¿Sabes cómo se llamaban los padres de tu abuelo? ¿Y los de tu abuela? ¿Quiénes eran? ¿A qué se dedicaban? ¿A qué jugaban cuando eran niños? ¿Cómo se conocieron? Ellos lo saben, son sus vidas, y aunque muchas veces no recuerdan qué cenaron anoche o dónde han dejado sus gafas, seguro que pueden relatarte sus vidas, sus infancias, su juventud, cómo vivieron, a qué se dedicaron, cómo sucedieron los cambios políticos, los históricos. Una época en que tú no existías y ellos aprendían de la vida, día a día, probablemente con más dificultades de las que nosotros viviremos nunca.

Seguro que a tus abuelos les encantará explicarte su historia y un detalle precioso que puedes hacer, para ellos, para ti y para toda la familia es escribirla. ¿Es mucho trabajo? Claro que lo es, pero no hace falta que lo hagas solo. Pueden ayudarte tus padres, primos, otros familiares… y el fruto del trabajo puede ser una obra, un libro precioso, que luego compartir con todos. Puedes ir reuniendo fotos, historias, anécdotas, momentos, e ir grabándolos mediante te los explica para luego escribirlos o anotándolos para luego ordenarlos de forma cronológica.

Elderly woman

Otra opción es hacer una especie de documental, que quizás sea más rápido y más visual. Grabar su historia mientras te la cuentan, sus anécdotas y luego montarlo para conocer cuáles son los orígenes de tus padres, tus tíos, de tus hermanos, de tus primos. Seguro que a ellos le encantará hablar de ello y seguro que a los implicados les emocionará hacerlo, verlo y descubrir tantas historias.

Contarles cosas, escuchar sus cosas

La comunicación puede ser bidireccional, claro. ¿Sabes cuánto les gusta saber de sus nietos? Cuéntales cosas de tu vida según sea la confianza. Comparte tiempo con ellos y verás que son, seguramente, fantásticos guardando secretos y ofreciendo una versión y opinión diferente a la que seguramente esperabas. Ellos ya han vivido una vez y probablemente han reflexionado mucho acerca de cómo vivirían si volvieran a hacerlo. Esa sabiduría la tiene poca gente y, aunque creas que no te entenderán porque son otros tiempos, ellos también saben lo que es el amor, el desamor, la traición de un amigo y tantas cosas que creemos que solo nos suceden a nosotros pero que llevan sucediendo desde siempre.

Cocinar juntos

Probablemente sea la abuela la que pueda hacer esto contigo, sobre todo si disfruta en la cocina. ¿Si no? Da igual. Seguro que disfrutará pasando tiempo contigo, hagáis lo que hagáis. Los premios a los mejores cocineros llevan años repartiéndose entre conocidos chefs. ¿Qué pasaría si nuestras abuelas entraran en la competición? Porque muchos de los mejores platos los hemos comido todos en su casa.

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Muchas veces su manera de cocinar, sus recetas, se van con ellas porque nadie se interesa en aprenderlas. ¿Por qué no ser tú quien las aprenda?

Que te hablen de tus padres

«Cuando yo era pequeño no era así/no hacía eso/no tenía…» suelen decir nuestros padres. ¿Cómo saber cómo era todo en realidad? Porque los recuerdos tienden a ser selectivos cuando uno habla de sí mismo. Pregúntale a tus abuelos y a tus abuelas sobre tus padres. Cómo eran de pequeños, qué hacían, cómo era la vida con ellos, cuáles eran sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Que te enseñen fotos y te cuenten las anécdotas. Seguro que pasan un buen rato recordando tiempos pasados y seguro que pasas un buen rato descubriendo cosas de tus padres que no sabías.

Compartir sus hobbies

Quizás les encante leer, tejer, pescar, hacer ejercicio, hablar de su equipo favorito, hacer trabajos manuales, arreglar cosas, pintar… Mi abuelo pintaba cuadros y nunca le vi hacerlo porque nos fuimos a vivir a otra ciudad. Ojalá pudiera algún día haberme enseñado a hacerlo. Es un don, claro, igual yo habría hecho un churro, pero seguro que él habría disfrutado enseñándome y a mí me habría encantado aprender de él.

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Compartir un libro, su libro favorito quizás, aprender a tejer o coser (sí, mi abuela me enseñó a coserme los botones y cosas simples. Lo de los bajos del pantalón no llegó a explicármelo, pero no habría estado mal), aprender a tocar cables, trabajar la madera, pescar, son cosas que ellos quizás dominen y que no solo son cultura general para nosotros, sino también algo muy útil en el día a día.

Enseñarles a navegar por internet

Ellos no han tenido el mismo aprendizaje progresivo de las tecnologías que tú, que las has visto desde que eres pequeño, así que les da miedo tocar un ordenador porque no saben cómo utilizarlo. ¿Quiere eso que deben perderse la posibilidad de contactar con otras personas o adquirir nuevos conocimientos? No debería ser así. Pueden aprender a manejar el teclado y el ratón, puedes crearles una cuenta de correo electrónico para que se comuniquen con quien quieran, una cuenta de Facebook para que, quién sabe, encuentren a personas que hace años y décadas que no ven; quizás hasta a algún amigo de la infancia. Pueden aprender a utilizar el navegador para entrar en los periódicos online, leer noticias, entrar en foros, compartir experiencias con otras personas, etc. ¿No crees que puedes ayudarles a descubrir como nuevo aquello que a nosotros nos parece cotidiano?