Salud

Beneficios de la siesta: qué debemos conocer

Los beneficios de la siesta para la salud se han reportado en muchos trabajos científicos. Llevamos cada vez más un estilo de vida muy estresante, donde se le presta mayor atención a llevar una vida activa y menos al descanso. Pues bien, la siesta parece que influye positivamente en nuestro corazón, cerebro, sistema inmune e, incluso, en nuestro estado de ánimo.

La siesta es un remedio reparador para todo nuestro organismo

Dormir una siesta corta, de no más de media hora o 45 minutos se ha demostrado que ayuda a la recuperación de nuestro corazón y arterias después del estrés y esfuerzo realizado tras una jornada de trabajo intensa, disminuyendo, por tanto, el riesgo de padecer hipertensión arterial o de sufrir un infarto de miocardio o un ictus cerebral.

Del mismo modo, se afirma que la siesta supone una “desconexión” en nuestras neuronas que sirve para recobrar la energía consumida durante una, quizás, maratoniana mañana de trabajo o de estudio. Constituye una herramienta muy importante para mejorar nuestra capacidad de aprendizaje y de retención de conceptos, ya que nos ayuda a concentrarnos mejor y, por tanto, rendir más en el estudio o en el trabajo, tal como afirma Nicole Lovato de la Universidad de Flinders en Australia en su trabajo publicado en la revista Progress in Brain Research. Incluso hay quien afirma que aumenta la creatividad y la productividad de los empleados.

Contrariamente a lo que se supone, dormir durante un corto período de tiempo después de comer, no es un riesgo añadido para la obesidad, sino que nos ayuda a mantener un índice de masa corporal adecuado.
Además, va a hacer que recuperemos la capacidad defensiva de nuestro organismo ante las infecciones, sobre todo en personas que no duermen bien de noche, ya sea por motivos laborales o por problemas de insomnio.

La siesta mejora nuestro ánimo

Por último, también se ha demostrado que no hay mejor remedio para elevar nuestro ánimo que una buena siesta, sobre todo si hemos tenido una mañana donde han predominado sentimientos negativos.

Pero cuidado, también se ha visto que si prolongamos mucho la siesta puede ocurrir el efecto contrario, que nos levantemos más malhumorados y con pocas expectativas de conseguir un mejor rendimiento que antes de dormir. Además, hay algún estudio, como el publicado en la revista American Journal of Epidemiology, con una muestra de 16000 personas, que incluso se aventura a afirmar que la siesta puede incrementar el riesgo de muerte prematura, sobre todo si se prolonga más allá de una hora.

Por el contrario, hay autores como Amber J Tietzel que concluye en un trabajo publicado en la revista J Sleep Res con los beneficios de una siesta de sólo 10 minutos para recuperarse de una noche donde no se ha dormido todo lo que debiera.

En conclusión, dormir una siesta corta, no mayor a media hora, no es sólo útil para recuperar el tiempo de sueño perdido tras una noche ajetreada, sino que parece un hábito saludable y recomendable para todas las personas que puedan hacerla.